Consejos médicos de alimentación para prevenir los cálculos renales

Las piezas sólidas que se forman en los riñones debido a sustancias presentes en la orina suelen causar mucho dolor si no se eliminan de manera natural

Una piedra o cálculo renal es una pieza sólida que se forma en el riñón debido a sustancias presentes en la orina. Puede ser tan pequeña como un grano de arena o tan grande como una perla.

La mayoría de las piedras renales se eliminan del cuerpo sin ayuda médica, pero algunas veces puede atorarse en las vías urinarias, bloquear el flujo de orina y causar un gran dolor.

Algunos de los síntomas que pueden indicar la existencia de cálculos renales que necesitan atención médica son dolor extremo en la espalda o un costado que no desaparece, presencia de sangre en la orina, fiebre y escalofríos, vómitos, orina con mal olor o con apariencia turbia y sensación de ardor al orinar.

La manera en que los especialistas diagnostican este cuadro es mediante análisis de orina, de sangre y estudios de diagnóstico por imagen.

Y si la persona no elimina los cálculos por sí sola a través de la orina, el tratamiento médico puede incluir ondas de choque (un endoscopio insertado a través del tubo que lleva la orina fuera del cuerpo, llamada uretra) o bien con una cirugía.

1- Consumir alimentos ricos en calcio
Una dieta rica en calcio incluye productos lácteos, vegetales de hoja verde y productos fortificados con calcio como jugo de naranja o salmón.

Comer más de estos alimentos ayuda a prevenir los cálculos renales, según los expertos.

Es muy importante saber que los suplementos de calcio pueden aumentar el riesgo de cálculos. Por lo tanto, la dosis diaria de calcio debe provenir de los alimentos que se comen.

2- Sumar potasio
Los investigadores de Clínica Mayo también descubrieron que una dieta baja en potasio aumenta el riesgo de cálculos renales.

Asimismo, los alimentos ricos en potasio reducen el riesgo.

Una comida rica en potasio podría ser una sopa repleta de porotos y verduras, con una guarnición de frutas. O un salteado de tofu con acelgas, junto con un vaso de jugo de granada.

3- Beber mucha agua (y más)
Beber agua extra todos los días puede ayudar a diluir la orina y evitar la formación de cálculos. Si bien lo recomendado para el común de las personas son dos litros diarios -lo que equivale a ocho vasos- para prevenir los cálculos renales se debe elevar el consumo a entre ocho y 14 vasos por día.

El objetivo es que la orina tenga un color casi transparente.

A estos efectos, el agua es la mejor opción. Se deben evitar las gaseosas, los tés endulzados y jugos.

4- Controlar el consumo de sodio
Demasiado sodio en la dieta eleva el nivel de calcio en la orina.

Esto aumenta el riesgo de cálculos renales. De modo que a los beneficios ya conocidos a fines de controlar la presión arterial, reducir la ingesta diaria de sodio beneficia la salud de los riñones.

Pero reducir el consumo de sal requiere más que quitar el salero de la mesa.

El sodio se oculta en muchos alimentos envasados y preparados.

Por último, los especialistas recordaron que cada persona es un caso aparte y aconsejaron consultar siempre con el médico de cabecera para saber si su tipo de cálculos renales requiere alguna dieta más específica, evitando ciertos alimentos.