El encuentro alternativo es una protesta a la celebración oficial del Día del Tenango que realizan las autoridades en la cabecera municipal
En protesta por no haber sido considerados por las autoridades municipales para la organización del festejo del Día del Tenango, que se celebró el sábado pasado en la cabecera municipal, vecinos y artesanas bordadoras del pequeño pueblo otomí de San Nicolás, cuna de los hermosos y únicos bordados que han sido plagiados por casas de moda como Pineda Covalin, Carolina Herrera, Louis Vuitton y otras, realizaron un festival alternativo.
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Exigen que los tejidos ya no sean denominados “tenango”, sino “jatzi”, palabra otomí que significa “bordado”, como sus creadoras los llamaron cuando, en 1960, inventaron los primeros diseños.
Sin contar con apoyo económico ni difusión de las autoridades de ningún orden de gobierno, sino con sus aportaciones y gran entusiasmo, los pobladores de San Nicolás.
según la variante de la lengua ñañú que se habla en el lugar) realizaron exposiciones, actividades gastronómicas, culturales y artísticas en el centro de la localidad.
“Los rechazamos, porque queríamos que nos invitaran a la organización del festival y que se hiciera en San Nicolás, cuna del bordado, no que sólo fuéramos de asistentes”, agregó.
Relató que por esa razón, bordadoras y artesanos de San Nicolás, determinaron en asamblea no asistir al encuentro organizado por el gobierno municipal “para que no fuéramos utilizados”.
Aseguró que por segundo año consecutivo realizan el festival alternativo en contraposición al de la alcaldía, y añadió que su fin es “que respeten el origen de los bordados, que es San Nicolás, porque los que están en la cabecera municipal de Tenango de Doria se están apropiando de nuestra cultura y no nos han dado el lugar que merecemos”.
Ante la ausencia de los artesanos y bordadoras de San Nicolás en el festival de Tenango de Doria, encabezada por el alcalde morenista Érick Mendoza, al que asistieron como invitados diputados locales y federales, así como funcionarios estatales, Jessica Lizeth Felipe José aseguró que los puestos que se colocaron en la cabecera municipal “fueron ocupados por revendedores o coyotes.
Hay personas que trajeron sus telas a San Nicolás para que les trazaran los diseños y luego las llevaron a otras partes para que las tejieran con máquinas y les saliera muy barato, y luego venderlas a precios altos”, aún más que las bordadas a mano, agregó. Otras piezas que venden los coyotes son hechas en computadora, aseveró.