¿Dolor de espalda o cuello?

Esto es aún más cierto si contamos con un trabajo que requiera de estar sentado delante del escritorio durante horas y horas. Muchas veces acabamos encorvándonos y haciendo sufrir a nuestra espalda y nuestro cuello, entre otras cosas.

¿Has notado que te duele el cuello o la espalda, quizá dolor de cabeza después de una jornada maratoniana delante del ordenador? Tener malas posturas afecta a la forma en que respiramos y provoca dolor en las articulaciones, entre otras cosas, según apuntan los expertos.

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Hay muchos efectos físicos (nada positivos) de adoptar malas posturas. A saber:
Consecuencias de las malas posturas.
Dolores de cabeza: la mala postura también puede provocar dolores de cabeza por tensión, ya que los músculos del cuello y los hombros se ponen tensos. Problemas digestivos: las malas posturas pueden comprimir los órganos internos y provocar problemas digestivos como reflujo ácido y estreñimiento.

Dolor de cuello y espalda: estar mal sentados ejerce presión sobre la columna vertebral, lo que puede causar molestias y dolor en el cuello, la espalda y los hombros. Fatiga: cuando el cuerpo no está correctamente alineado lo obligamos a trabajar más para mantener el equilibrio, lo que puede provocar fatiga y un menoscabo de la energía.

Reducción de la flexibilidad: cuando te sientas o te quedas quieto en la misma posición durante mucho tiempo, tus músculos pueden volverse rígidos e inflexibles.

No está nada mal, ¿verdad? Pero no está todo perdido, aunque estés mal acostumbrado a adoptar posturas que no son buenas para tu organismo, con solo añadir unos pequeños trucos simples a tu día, podrás mejorar drásticamente tus posturas.

Cómo mejorar la postura
Ante todo, debemos tener en cuenta que no hay que forzar el cuerpo ni hacer movimientos agresivos, porque si tenemos una mala postura, estar en el gimnasio practicando fuerza (por ejemplo), sin una buena postura, solo puede empeorar el dolor que tengamos en las articulaciones.

La mejor forma de empezar a corregir una mala postura es sentarnos derechos y ser conscientes de ello: hay que mantener la espalda recta, los hombros relajados y los pies apoyados en el suelo.

Y, por supuesto, asegurarnos que tanto el teclado como la pantalla del ordenador estén a la altura correctas, el teclado que no provoque una mala postura del antebrazo y la pantalla que esté a la altura de los ojos para evitar forzar el cuello.

El problema es que si pasamos demasiado tiempo en la misma postura tenderemos a ir modificándola. ¿El remedio? Hacer descansos frecuentes poniéndonos de pie, movernos, estirarnos. De esta manera, cada vez que volvamos a sentarnos refrescaremos la postura y recordaremos que tenemos que sentarnos derechos.

Hacer descansos, además de ayudarnos a recordar la buena postura al estar sentados, también nos ayudará a prevenir la rigidez muscular y la fatiga.