Atodos nos han enseñado desde pequeños a que cepillarnos los dientes bien es mucho más que hacer un par de pasadas y oler a pasta dentrífica. Esa es la teoría, luego está la práctica, en la que nos pueden las prisas… Quizá si fuéramos conscientes de todo lo que pasa dentro de la boca empezaríamos a dedicar más tiempo a su cuidado.
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En 2014 el microbiólogo holandés Remco Kort realizó un estudio con 21 parejas heterosexuales a quienes se analizó su microbioma bucal antes y después de un beso de 10 segundos y se llegó a la conclusión de que podían transmitirse hasta 80 bacterias en 10 segundos.
Nada grave, en nuestro cuerpo humano adulto y sano puede haber alrededor de 100 billones de bacterias, pero algunas relacionadas con una mala higiene no son tan buenas.
¿UN BESO PUEDE CONTAGIAR ENFERMEDADES BUCALES?
Damos por hecho que cualquiera somos responsables y tratamos de no besar cuando tenemos una enfermedad común contagiosa. Pero, ¿hay enfermedades específicas de la boca de las que no podemos ser conscientes y que se contagien? La respuesta es sí.
Las caries y las enfermedades de las encías, como la periodontitis, son dos ejemplos de enfermedades bucales más contagiosas. La transmisión de caries es frecuente entre padres e hijos, si los primeros no tienen la correcta higiene y cuidado de su boca y habitualmente comparten cubiertos, vasos, etc… y está causada por una bacteria llamada Streptococcus mutans. Respecto a la la periodontitis, el odontólogo Iván Malagón, nos explica que “aunque la persona con periodontitis puede transmitir bacterias a una persona sana, a través de un beso, eso no implica que la persona a la que “se contagia” vaya a desarrollar una periodontitis, porque, para que eso ocurra, la bacteria patógena debe colonizar la boca de forma permanente, pero si eso se logra, aún así, serían necesarios otros factores genéticos, microbiológicos o ambientales para que se desarrollara la enfermedad”.
¿CÓMO EVITAR ENFERMEDADES BUCALES A TRAVÉS DE LOS BESOS?
Lo primero de todo es tener constancia, de poco sirve aplicar las siguientes pautas que nos da el Dr. Malagón, un día sí, tres no.. Si nos duchamos todos los días, ¿cómo no vamos a limpiar una cavidad como la boca que (además de las bacterias explicadas) es la entrada más directa a nuestro interior?.
Limpieza eficaz: es llegar a todos los recovecos de la boca: no solo la superficie de los dientes, es decir, hay que limpiar los dientes, encías y lengua, lo que se consigue utilizando el cepillo y la seda dental, y en ocasiones complementándolo con un colutorio.
Sin embargo, el experto apunta que “el colutorio se debe utilizar de manera ocasional y recomendado por el dentista, porque si se utiliza de manera crónica puede favorecer el crecimiento de la placa bacteriana de la boca”. Utilizar un cepillo eléctrico: de cabezal pequeño y de dureza media porque este tipo de cepillos al rotar llegan a limpiar mejor y abarcan más superficie dental que los cepillos manuales.
La seda dental también es importante, por lo menos una vez al día, porque en las superficies interproximales, es decir, entre los dientes, el cepillo no llega y es una zona donde se almacenan muchos restos de comida que es importante limpiar. Limpiar la lengua: es una de las grandes olvidadas en nuestra higiene bucal diaria, y es un elemento muy importante en nuestra boca que también almacena restos de comida y alimentos.
Para mantenerla limpia el doctor recomienda el uso de un limpiador lingual, una herramienta de higiene oral muy sencilla de utilizar. Y para que ninguna hiperventilemos la próxima vez que nos besen, el doctor Malagón nos tranquiliza aclarando que “si llevamos una dieta equilibrada rica en alimentos que aportan nutrientes, tanto al organismo, como a nuestros dientes, evitamos las comidas nocivas y seguimos las pautas de higiene dental, tendremos una boca limpia, sana y perfecta para recibir y dar todos los besos posibles” concluye.
