Alfredo Aguilar Pelayo
Iniciamos la Semana Santa, con la entrada de Jesús a Jerusalén, de manera humilde y sencilla; la gente lo recibe entre vítores, ¡”Viva el hijo de David”! ¡”Éste es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”! … para dar paso a su Pasión y Muerte – Resurrección:
Evangelio según san Mateo 26,14-27,66
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Uno de los doce discípulos, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes y les dijo: —¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús?
Ellos le pagaron treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él les contestó: —Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos.” …
Reflexión:
¿Hasta dónde me puede llevar el amor?
Durante toda la semana estaremos recordando (pasando por nuestro corazón) y acompañando a Jesús, quién por cumplir su misión, proclamando la Buena Noticia del Reino de su Padre, sanando enfermos, siendo misericordioso con los más indefensos y pobres, liberando a la gente de tanta opresión y cargas injustas, perdonando faltas (pecados), dando luz para una nueva y renovada forma de vivir… enfrenta la furia y desprecio de los líderes judíos (sacerdotes, escribas y fariseos) y al poder político (Roma), quienes se confabulan, para darle muerte.
• Jesús llega a Jerusalén, centro político-religioso, a celebrar la Pascua Judía (liberación de la esclavitud en Egipto), … para dar paso a su PASCUA (paso de la muerte a la vida).
• Jesús, enfrenta adversidad: traición, abandono, negación e injusticia … desde la confianza y entrega total, para hacer la voluntad de su Padre: salvarnos.
• Jesús celebra con sus apóstoles (nosotros), y nos deja una forma de recordar su Palabra y comparte el pan y vino, como alimento espiritual … para servir.
• Jesús se entrega, como ofrenda, para rescatarnos de la muerte … por amor.
Hay que morir, a lo que nos impide y obstaculiza tener vida; por ello, pidamos al Señor, poder vivir intensamente los misterios de la Pasión-Muerte-Resurrección de Jesús para activar nuestra solidaridad con todas las personas que sufren y padecen injustica en la actualidad.
¿Hasta dónde estoy dispuesto a seguir a Jesús?… ¿Cómo evitar traicionar o negar a Jesús, en mi vida?… ¿Qué puedo hacer para ser empático con los crucificados de este tiempo?
PD. Pidamos por la salud del Papa Francisco.
Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org
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