Cómo cuidar el sistema inmune para llegar a los 100 años

Además de una buena dieta y ejercicio físico, el retraso que muestran las personas centenarias en la llamada inmunosenescencia es clave para tener una larga y saludable expectativa de vida.

En el último tiempo los expertos comenzaron a generar conciencia entre sus pacientes y el público acerca de que el 80% del sistema inmunitario se aloja en el intestino, y de allí la importancia de una alimentación saludable en el fortalecimiento de la salud integral.

Para empezar, podría decirse que el intestino entre el delgado y el grueso alcanza una longitud de ocho metros aproximadamente, y aunque esté todo enrollado alcanza el tamaño del ancho de una cancha de tenis.

Si se lo pudiera ver con una lupa, se observaría que se parece a una toalla de algodón, y esos pelitos del algodón en el intestino se llaman microvellosidades.

Allí se aloja la microbiota.

La microbiota intestinal antes conocida como flora intestinal está compuesta por cientos de millones de microorganismos y bacterias que se encuentran en el tracto intestinal.

Para que el intestino pueda funcionar correctamente, la microbiota debe estar en equilibrio, los microorganismos del bando de los buenos deben ser abundante y diversos.

Pero lamentablemente en la vida cotidiana existen muchos hábitos que rompen ese equilibrio: mala alimentación, abuso del uso de antibióticos y de productos antisépticos, y estrés, entre otros.

“El sistema inmunológico está formado por células, órganos y proteínas que circulan en la sangre y funcionan como una red en la que se interrelacionan.

o normal es un equilibrio constante y ese equilibrio se ve amenazado por diferentes situaciones, que van desde estrés hasta elementos propios del medio ambiente.

El sistema está preparado para contrarrestar eso y siempre volver al equilibrio”. dice el médico especialista en inmunología y reumatología Pablo Mannucci

Según Mannucci, quien es coordinador del área de Inmunología del Hospital Alemán de Buenos Aires, “para que ese equilibrio se mantenga y el sistema inmune se mantenga activo hay elementos fundamentales”

1- “Primero hay que estar bien nutrido y tener una alimentación adecuada”, dijo en referencia a “fundamentalmente evitar el sobrepeso”. Una de las vitaminas más importantes para la salud del sistema inmunológico es la D.

2- Evitar el tabaco, ya que “está demostrado que altera el funcionamiento de las células inmunológicas”.

3- Hacer actividad física. El ejercicio ayuda al cuerpo a producir células inmunitarias antiinflamatorias y hacerlas circular por el torrente sanguíneo.

4- Controlar la ingesta de alcohol
5- Cumplir el esquema de vacunación obligatorio y estar atento a vacunas que son necesarias en determinadas situaciones (por ejemplo fiebre amarilla en caso de viajes a determinadas zonas o la antineumocócica en personas asmáticas).

Asimismo, cada vez hay más evidencia de cómo la buena calidad del sueño favorece la producción de células inmunitarias.

Es que contrariamente a lo que ocurre con la mayoría de los procesos del organismo cuando se encuentra en la etapa de sueño profundo, que van a un ritmo más lento, con el sistema inmunológico ocurre lo contrario, se aceleran.

Qué pasa con la inmunidad con el paso de los años

A medida que las personas envejecen, se generan un gran número de cambios en el organismo.

Uno de ellos se relaciona con un funcionamiento más deficiente del sistema inmunológico, ya que se vuelve más susceptible a las infecciones y enfermedades.

Además, se evidencia una disminución generalizada de la función inmunitaria adaptativa, con implicaciones importantes para la salud y la esperanza de vida.

La eficacia del sistema inmunitario se basa en su capacidad para generar una enorme variedad de secuencias de anticuerpos diferentes, con una amplia gama de especificidades antigénicas, las cuales ajustan progresivamente la composición de esta población de anticuerpos en respuesta a la exposición al antígeno.

A medida que las personas envejecen, el sistema inmunitario naturalmente comienza a sufrir una degradación drástica, una condición llamada inmunosenescencia.

Con la edad avanzada, el perfil inmunológico de una persona se debilita e incluye demasiados glóbulos blancos desgastados circulando y muy pocos glóbulos blancos “ingenuos” frescos listos para enfrentarse a nuevos invasores.