La causa de muerte de Beethoven

(Lewis D. Nature 2023; doi.org/10.1038/d41586-023-00846-z)

Bases genéticas indican que el deceso fue relacionado con enfermedad hepática, tanto hepatitis viral como por la gran ingesta de alcohol.

El famoso mechón de pelo —objeto de un libro y un documental previamente publicados, no correspondían de Beethoven. Era de una mujer judía askenazi.

¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA

Beethoven no padecía intoxicación por plomo, como se creía. El trabajo detectivesco para resolver los misterios de la enfermedad de Beethoven comenzó el 1 de diciembre de 1994, cuando Sotheby subastó un mechón de pelo que se decía que era de Beethoven. Cuatro miembros de la American Beethoven Society, un grupo privado que colecciona y conserva material relacionado con el compositor, lo compraron por 7300 dólares. Lo expusieron con orgullo en el Centro Ira F. Brilliant de Estudios Beethoven de la Universidad Estatal de San José, California. La historia contaba que se lo había cortado Ferdinand Hiller, compositor de 15 años y ferviente admirador que visitó a Beethoven cuatro veces antes de morir. Al día siguiente de la muerte del compositor, Hiller le cortó un mechón de pelo. Décadas después, se lo dio a su hijo como regalo de cumpleaños y estaba guardado en un relicario.

El relicario con sus mechones de pelo fue el tema de El cabello de Beethoven, un libro de Russell Martin que fue publicado en el año 2000 y se convirtió en un éxito de ventas. En 2005 fue convertido en un documental.

Un análisis del cabello realizado en el Laboratorio Nacional Argonne de Illinois reveló niveles de plomo 100 veces superiores a los normales.

En 2007, los autores de un artículo en The Beethoven Journal, una revista académica publicada por la Universidad Estatal de San José, especularon con la posibilidad de que el compositor se hubiera envenenado inadvertidamente con medicamentos, vino o utensilios para comer y beber.

Así estaban las cosas hasta 2014, cuando Tristan Begg, que en ese entonces estudiaba una maestría en arqueología en la Universidad de Tubinga, Alemania, se dio cuenta de que la ciencia había avanzado lo suficiente como para realizar análisis de ADN de los mechones de pelo de Beethoven. “Parecía que valía la pena intentarlo”, dijo Begg, que ahora cursa un doctorado en la Universidad de Cambridge.

William Meredith, un estudioso de Beethoven, empezó a buscar otros mechones de pelo del célebre músico, comprándolos con la ayuda financiera de la American Beethoven Society, en ventas privadas y subastas. Pidió prestados otros dos a una universidad y un museo. Al final consiguió ocho mechones, incluidos los de Ferdinand Hiller.

En primer lugar, los investigadores analizaron el mechón de Hiller. Como resultó ser de una mujer, no era —no podía ser— de Beethoven. El análisis también demostró que la mujer tenía genes que se encuentran en las poblaciones judías askenazi.

Meredith especula que el cabello auténtico de Beethoven fue destruido y sustituido por mechones de Sophie Lion, quien era judía y esposa de Paul, el hijo de Ferdinand Hiller.

En el otoño de 1802, 25 años antes de su muerte, Ludwing van Beethoven escribió una carta a sus hermanos, en la que destacó la pérdida de la audición e imploró ayuda.

Dos siglos después, Tristan Begg y su grupo, investigadores de genomas ancestrales de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, estudiaron el cabello de Beethoven, con secuenciación de DNA. Desafortunadamente la pérdida de la audición de Beethoven permanece sin esclarecerse, aunque hay evidencias de que su muerte se relacionó con enfermedad hepática grave, por la combinación de hepatitis viral, consumo de alcohol y factores genéticos. EL DNA extraído, tuvo dos copias de la variante particular del gen PNPLA3 asociado estrechamente a cirrosis, con una copia de la variante HFE condicionante de hemocromatosis (cúmulo de hierro que afecta al hígado), así como también se encontraron fragmentos de virus B de hepatitis que puede causar daño hepático.

Arthur Kocher, genetista del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania y uno de los coautores del nuevo estudio, ofreció otra posible explicación para su infección: el compositor podría haberse contagiado de hepatitis B durante el parto. El virus suele propagarse de esta forma y los bebés infectados pueden tener infección crónica que dura toda la vida. En aproximadamente una cuarta parte de las personas, la infección acaba provocando cirrosis hepática o cáncer de hígado.

El ADN de su cromosoma Y difería del de un grupo de cinco personas con el mismo apellido —Van Beethoven— que viven actualmente en Bélgica y que, según los archivos, comparten un antepasado del siglo XVI con el compositor. Esto indica que en la línea paterna directa de Beethoven se presentó una relación extramatrimonial. Pero, ¿dónde?

Maarten Larmuseau, coautor del nuevo estudio y profesor de genealogía genética en la Universidad de Lovaina, Bélgica, sospecha que el padre de Ludwig van Beethoven fue fruto de la relación de la abuela del compositor con un hombre distinto de su abuelo. No hay registros de bautismo del padre de Beethoven, y se sabe que su abuela era alcohólica. El abuelo y el padre de Beethoven tenían una relación difícil. Estos factores, según Larmuseau, son posibles indicios de un hijo extramatrimonial.

Beethoven tuvo sus propias dificultades con su padre, dijo Meredith. Y aunque su abuelo, un destacado músico de la corte en su época, murió cuando Beethoven era muy joven, el compositor lo honró y conservó su retrato con él hasta el día de su muerte.

Meredith añadió que cuando circularon rumores de que Beethoven en realidad era hijo ilegítimo de Federico Guillermo II o incluso de Federico el Grande, el compositor nunca los refutó.

Los investigadores esperaban que el estudio de los mechones pudiera explicar algunos de los agónicos problemas de salud de Beethoven. Pero no aportaron respuestas definitivas.

En diciembre de 1826 el compositor se deterioró rápidamente, con ictericia y anasarca, manifestaciones reconocidas de daño hepático, se confinó a la cama y murió en marzo de 1827.

Para explicar la sordera, los padecimientos potencialmente invitados para su asociación han sido Paget y Lupus….entre otros.