La dieta keto puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular

Científicos canadienses siguieron a 1.500 personas durante más de una década y vieron que, quienes llevaban una alimentación alta en grasas y baja en carbohidratos, tenían el doble de probabilidades de sufrir eventos cardiovasculares

La dieta keto o cetogénica se puso de moda en el último tiempo por ser considerada una herramienta para el descenso de peso. Sin embargo, a pesar de ese y otros beneficios que seguir ese plan de alimentación tendría en el organismo, un reciente estudio la asoció con niveles más altos de colesterol y en consecuencia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

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Es que, según un trabajo presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Cardiología junto con el Congreso Mundial de Cardiología sugiere que una dieta “similar a la keto” puede hasta duplicar el riesgo de este tipo de patologías debido a que los niveles altos de colesterol malo provocan la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias que pueden estrecharlas o bloquearlas.

Iulia Iatan, MD, PhD es médica científica asistente en la Clínica de Prevención del Programa de Corazón Saludable en el Hospital St. Paul y el Centro para la Innovación Corazón Pulmonar de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, y autora principal del estudio, y reveló: “Nuestro estudio encontró que el consumo regular de una dieta autoinformada baja en carbohidratos y alta en grasas se asoció con mayores niveles de colesterol LDL, o colesterol ‘malo’, y un mayor riesgo de enfermedad cardíaca”. “Hasta donde sabemos, nuestro estudio es uno de los primeros en examinar la asociación entre este tipo de patrón dietético y los resultados cardiovasculares”, enfatizó.

Los carbohidratos son la primera fuente de energía para el cuerpo, a la que éste acude para proporcionar la energía que necesita para las actividades diarias. Las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas (LCHF, por sus siglas en inglés), como una dieta cetogénica, restringen el consumo de carbohidratos como las pastas, el arroz y otros granos, así como los productos panificados, las papas y otras frutas y verduras con alto contenido de carbohidratos.

Según explican los especialistas, al privar al cuerpo de carbohidratos, se ve obligado a comenzar a descomponer la grasa para obtener energía. La descomposición de la grasa en el hígado produce cetonas, sustancias químicas que el cuerpo usa como energía en ausencia de carbohidratos -de ahí el nombre cetogénico o productor de cetonas de este plan de alimentación-.

Los defensores de una dieta cetogénica generalmente sugieren limitar los carbohidratos al 10% del total de calorías diarias, las proteínas entre el 20 y el 30% y obtener del 60 al 80% de las calorías diarias de la grasa.

Para el estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, los investigadores escanearon el Biobanco del Reino Unido en busca de participantes que siguieron la dieta keto.

Después de encontrar a 70.684 personas que tenían datos sobre la ingesta diaria de calorías y los niveles de colesterol en la sangre tomados una vez, buscaron 305 participantes que seguían una dieta similar a la cetogénica, y los compararon con 1.220 personas cuyas dietas no cumplían con esta definición y se describieron como “consumidores estándar”.

Alrededor de las tres cuartas partes de los participantes eran mujeres y tenían una edad promedio de 54 años. Todos, además, fueron considerados con sobrepeso, y para el trabajo se analizaron los datos, ajustando factores como la diabetes, la presión arterial alta, el tabaquismo y la obesidad.

Durante el estudio de 12 años, alrededor del 9,8% de las personas en el grupo de dieta similar a keto sufrieron un evento cardíaco grave, que incluyó ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y un bloqueo en la arteria que requirió un procedimiento de colocación de stent.

En tanto en el grupo que comió la dieta estándar, sólo el 4,3% enfrentó eventos cardíacos graves durante el mismo período.

Los investigadores también encontraron niveles más altos de colesterol LDL, o colesterol malo, y apolipoproteína B, una proteína que ayuda a transportar la grasa y el colesterol por el cuerpo en el grupo keto.