El golpe de Bahrein caló muy hondo en las huestes de Ferrari
El golpe de Bahrein caló muy hondo en las huestes de Ferrari. La distancia con los poderosos Red Bull, la extrema degradación de neumáticos que mostró el SF-23, la falta de fiabilidad (demostrada en el abandono de Charles Leclerc) y el apenas cuarto puesto de Carlos Sainz, fue un combo demasiado pesado en la casa de Maranello para comenzar la 74ª temporada de Fórmula 1.
Por eso, Frédéric Vasseur, flamante director del equipo, y Benedetto Vigna, CEO de la marca, decidieron reunir a todo el personal de la Gestione Sportiva en la planta.
No faltó nadie. Hasta los pilotos, Leclerc y Sainz, tuvieron que participar del mitin. Las imágenes que trascendieron desde adentro mostraron un discurso motivacional de Vasseur. Sin embargo la Rossa, acuciada por la falta de resultados, no puede volver a despilfarrar otra temporada.
El último piloto campeón de Fórmula 1 vestido de rojo fue Kimi Räikkönen en 2007. Y desde 2008 que no ganan la Copa de Constructores.
Desde entonces, por sus filas fueron fagocitados dos excampeones, como Fernando Alonso y Sebastian Vettel, quienes llegaron con el objetivo de reverdecer laureles y se terminaron yendo sumidos en colores otoñales, más allá de haber dado batalla.
