Brecha económica para mujeres latinas “sale cara”

En México, esta brecha salarial durante 2022 fue de un 14 por ciento en 2022, según el Instituto Mexicano para la Competitividad.

Una diferencia salarial que oscila entre el 15 y el 30 por ciento y una carga del cuidado históricamente puesta en manos de esposas, hijas y madres son algunas de las grandes barreras económicas a las que se enfrentan las mujeres en Latinoamérica.

Datos arrojados por diferentes organizaciones muestran, ya desde hace años, una diferencia entre el crecimiento laboral y monetario de las mujeres y el de los hombres por razones, en su mayoría, ligadas a estereotipos y cargas que se han asumido como “femeninas”.

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Salarios
El salario promedio mensual de los hombres es entre un 20 y un 30 por ciento más alto que el de las mujeres en Argentina, señala a EFE la coordinadora de Protección Social de Cippec, Florencia Caro Sachetti, quien detalla que un 15 por ciento de la fuerza laboral femenina se desempeña en el servicio doméstico, el sector peor remunerado de la economía, y con una informalidad del 78 por ciento. La brecha salarial en este país es del 15 por ciento, equivalente a unos 54 dólares más para los hombres “realizando el mismo trabajo”, apunta por su parte Carmen Urquilla, coordinadora del programa de Justicia Laboral y Económica, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa).

En tanto, en Bolivia “no se habla mucho” de la violencia económica. Las estadísticas disponibles son “limitadas” y muchas veces están ligadas al maltrato físico y psicológico, comenta a EFE Tania Sánchez, directora de la Coordinadora de la Mujer, entidad que agrupa a una veintena de instituciones defensoras de la igualdad de género.

La brecha salarial en este país “se ha reducido en los últimos años”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) es de entre un 26 y un 27 por ciento. En comparación, en México, esta brecha se calcula que fue de un 14 por ciento en 2022, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En Brasil, los datos oficiales más recientes (2019), divulgados por el Instituto de Geografía y Estadística (IBGE), señalan que ese año las mujeres recibieron, en promedio, el 77.7 % del ingreso promedio de los hombres.

Entre los factores que inciden en la desigualdad salarial, los expertos se refieren a la maternidad y la ausencia de políticas públicas que faciliten la vinculación de las mujeres al mercado laboral.

”Son problemas relacionados con la posibilidad de cuidar a sus hijos”, explica a EFE Mónica Sacramento, coordinadora programática de la ONG Criola.

Según la Unesco, las mujeres mexicanas realizan el 73 por ciento del trabajo del hogar y de los cuidados no remunerados, y el hombre solo el 27 por ciento. Además, el 92 por ciento de las personas cuidadoras no remuneradas en este país son mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Hay una fuerte carga de estereotipos detrás de los datos: en Argentina, las mujeres dedican 7.5 horas diarias al trabajo y 6.5 horas al cuidado del hogar, mientras que en los hombres ocupan emplean horas en el trabajo y solo 3.5 horas en el hogar, lo que dificulta aún más el ascenso femenino en la escala laboral. Además, la licencia por paternidad es de dos días y la de maternidad de 90 días.

‘Mejoría’ engañosa
Colombia cuenta con una reducción del 18 al 12 por ciento de la brecha de género entre 2003 y 2018, y teóricamente, las mujeres cobran solo un 6 por ciento menos que los hombres, según daros del año 2020 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

”Pero hay que tener cuidado”, advierte a EFE la profesora asociada de Economía de la Universidad Javeriana Paula Herrera: “En medio ocurrió una pandemia”, lo que hizo que “las mujeres que tenían trabajos más informales fueran las más afectadas”.

Por este motivo, las muejeres que “permanecieron empleadas eran más formales, es decir que tenían mayores salarios”, lo cual puede distorsionar las estadísticas. Un horizonte díficil La realidad que muestran las cifras no es solo perjudicial para el desarrollo de la autonomía de las mujeres, sino que también tiene consecuencias para las empresas, sostiene María del Pilar López, historiadora, economista y docente de la Universidad de los Andes en Colombia, quien asegura que “esto impacta al sector empresarial en temas como la innovación y el hecho de tener ambientes laborales diversos”.

De acuerdo con el estudio “El Salvador, un país de cuidados”, elaborado por las organizaciones Fudecen y Oxfam, el 70.19 por ciento de los hombres está en edad de trabajar, un porcentaje que en el caso de las mujeres se sitúa en el 75.02 por ciento. A pesar de que la cantidad de mujeres en edad de trabajar en el país centroamericano es superior, solo el 45.40% se encuentran entre la “población económicamente activa”, mientras que los hombres llegan al 76.80 por ciento, señala el citado informe.

En cuanto al desempleo, afecta a un 17.4 por ciento de las mujeres colombianas, 6.4 puntos porcentuales más que en los hombres. Además, hay diez millones de mujeres fuera de la fuerza laboral, de las cuales, el 45 por ciento no se plantea conseguir empleo debido a que atiende responsabilidades familiares.

Hay que entender que esto es urgente “en un contexto en el que la dependencia económica y la insuficiencia de ingresos son factores que explican la permanencia de las mujeres en ambientes violentos”, enfatiza María del Pilar López.