El agujero azul Taam Ja’ es el más profundo después del Sansha Yongle en China, pero el primero en identificarse en un sistema estuarino
Este descubrimiento abre un campo de investigación para saber cómo era el ambiente y el clima hace miles de años y comprender mejor los procesos ambientales y geológicos, la conectividad de los acuíferos y el origen de agua de estos sistemas hidrogeológicos.
Científicos y científicas de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Centro Público de Investigación (CPI) coordinado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), reportaron el hallazgo en el lecho marino de la bahía de Chetumal, el cual registra profundidad de 274 metros y un área de 13 mil 690 m2 de superficie.
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Los agujeros azules, a diferencia de las fosas marinas y de los abismos marinos que se forman paulatinamente a lo largo de siglos y milenios por movimientos de placas tectónicas, alcanzando hasta 11 mil metros de profundidad— son menos profundos y se forman debido a procesos de fracturación, disolución y colapso de suelos, como los pertenecientes a la plataforma de roca caliza de la península de Yucatán, y que son motivados por movimientos de entrada y salida de agua marina, inundaciones u oscilaciones del nivel del mar durante los periodos glaciares e interglaciares.
El agujero azul mexicano Taam Ja’ tiene es casi circular en la superficie, abarcando un área aproximada de 13 mil 690 m2. Sus lados son empinados, con pendientes de 80 grados que forman la estructura de un gran cono cubierto por biopelículas, sedimentos, piedra caliza y salientes de yeso.