El domingo 26 de febrero dejó de ser un domingo cualquiera
Si para muchos sonó la alarma de su despertador el pasado domingo 26 de febrero, la cita a la que acudir, la cita del ejercicio garantizado en la constitución mexicana, su despertador cívico sonó muy fuerte; tanto, que dejó de ser un domingo cualquiera, un domingo para poder relajarse, para pasar el día en familia o con pendientes en la casa, domingo de tareas, o quizá su domingo laboral, pero que decidieron dejar de lado para sumarse a este llamado.
Con hijos, sin hijos, incluso hasta con perrhijos se acudió a la cita, otros tantos con nietos o con vecinos, vestidos de rosa y blanco.
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La convocatoria se llevó a cabo de boca en boca, mensaje a mensaje, entrevista a entrevista, llamadas, reuniones, incluso un grupo de personas se juntó hace tres semanas e imprimió volantes y los repartieron por toda la ciudad, haciendo brigadas, tomando rutas y dando su tiempo a este ejercicio cívico… entre algunas preguntas surgió la de ¿Qué les darían si iban?; pues no; no hay remuneración alguna, el compromiso es real.
Después de la marcha, aprendimos como ciudadanos que si se nota cuando nos unimos y luchamos por objetivos comunes, que si podemos ponernos de acuerdo, que si podemos dejar de lado nuestras diferencias y trabajar juntos, y que sí, México está primero que nada.
Somos muchos los mexicanos que nos quejamos en las mesas sobre cómo va nuestro país, y por primera vez las plazas más importantes de México se llenan de esas quejas y críticas, pero también de un enorme amor a nuestra Nación, y la esperanza de poder mejorar, ejercer nuestro derecho de poder protestar y de poder exigirle a quienes nos representan, hacer las cosas bien.
¿Qué nos mueve?, un profundo deseo de ver un México unido y no en pedazos. Somos muchos… faltan más.
Le agradezco a todas las personas que dejaron pendientes en su casa, su tiempo de calidad, su momento familiar; a las familias que demostraron su compromiso con su país y a la vez, están formando ciudadanos que cuidarán de México, a los adultos mayores que bajo los rayos del sol, no pararon de echar porras y enseñarnos cómo se deben hacer las cosas, a los jóvenes por su energía, su magia, su gran manejo en redes y transmitir en todo momento ¡La marcha!
Tu, yo, quien sea. Pero su apellido se preserve y se ame como México. Porque demostramos fielmente ser lo que somos, orgullosos hijos, hijas o hijes que aquí cabemos todos.
¡Soy Marcela México! Amo mi país, y lucho por él, por su gente, por su bienestar, por su grandeza, por su futuro, por las nuevas generaciones y por su democracia, por ser más libre y menos rehén; porque creo que necesitamos más sociedad y menos gobierno, más participación y menos apatía, más conciencia y responsabilidad sobre las decisiones, nuestras acciones son nuestra historia, no tus palabras.
Que queda de aquí al 2024:
- Buscar que seamos más en una sola dirección, con acuerdos específicos, donde quepamos todos.
- Apoyar en redes digitales
- Apoyar en redes territoriales, conoce a tus vecinos, platica y
encuentra la forma de coincidir aún en las diferencias. - Vota, por quien te identifiques, pero vota, el abstencionismo siempre favorece al partido en el poder, ¡Ejerce tu derecho! Esto ya empezó, necesitamos pasar de ser un país observando a un país participando, espacios hay, esperando a que te sumes! 26F #elINEnosetoca #miVOTOnosetoca