Tras la presión de los padres y parte de la sociedad, las autoridades finalmente admitieron que se trató de un ataque deliberado
Un alto funcionario del gobierno finalmente admitió que las atacaron de forma deliberada.
Ninguna de las niñas ha muerto, pero decenas fueron ingresadas en hospitales con problemas respiratorios, náuseas, mareos y fatiga.
“Se hizo evidente que algunas personas querían que se cerraran todas las escuelas, especialmente las de niñas”, declaró el viceministro de Salud de Irán, Younes Panahi, en una conferencia de prensa el 26 de febrero.
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Envenenadas con químicos
Hasta entonces la única declaración oficial era que el fiscal general había abierto una investigación penal sobre el envenenamiento y que este podría ser “intencionado”.
En los últimos tres meses las colegialas aseguraron haber percibido olor a mandarina o pescado podrido antes de enfermar.
“Los productos químicos empleados no son de uso militar y están disponibles al público”, indicó el viceministro Panahi.
Agregó que las víctimas “no necesitan tratamiento invasivo y hay que mantener la calma”.
Después matizó que su declaración había sido “malinterpretada”, una señal de división entre de las autoridades sobre cómo manejar el malestar social cuando no se ha señalado públicamente a un culpable.
La ciudad santa de Qom es el epicentro del envenenamiento masivo, pero los ataques se han producido en hasta ocho localidades de Irán.
El descontento público sigue en aumento en el país.