5 consejos para renovar el placer. Parte 2

La pasión en las relaciones románticas varía con el tiempo, pero esto no significa que debas resignarte y renunciar al placer. Descubre cómo renovar el deseo y disfrutar del sexo con tu pareja

Hazte cargo de tu propio placer

Es evidente que a la hora de mantener relaciones sexuales con otra persona resulta fundamental ser generoso, considerado y procurar que el otro disfrute la experiencia. Sin embargo, también es importante hacernos cargo de nuestro propio placer; es decir, no delegar en el otro la responsabilidad de nuestro disfrute.

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Cada persona ha de conocerse, conocer su cuerpo, sus gustos y preferencias para poder transmitírselas a su compañero o compañera sexual. Del mismo modo, es posible que existan limitaciones propias que no nos permitan acudir al encuentro con la mejor disposición. Por ejemplo, tabúes o creencias erróneas respecto al sexo o sentimientos de inseguridad con nuestra imagen física.

Cuando los anteriores elementos se trabajan, la persona es mucho más capaz de disfrutar y de involucrarse. Por ello, te invitamos a analizar si están presentes algunos de estos aspectos en tu caso, en lugar de asumir que simplemente tu pareja no logra satisfacerte.

Comunícate

Aunque no lo parezca, la comunicación puede ser la clave para reavivar la llama de la pasión en la pareja. Exprésate, explícale al otro qué deseas, qué te gusta, qué te apetece experimentar.

No temas tomar la iniciativa, mostrar tu deseo o compartir tus fantasías. Probablemente, al hacerlo tu pareja se sienta incentivada y motivada.

Por otro lado, recuerda que las palabras pueden ser grandes activadoras del deseo. No siempre le transmitimos a nuestro compañero o compañera cuánto nos gusta, cuánta atracción nos genera o cuánto disfrutamos manteniendo relaciones.

Sin embargo, recibir este tipo de refuerzos positivos puede resultar estimulante. ¡Inténtalo!

Innova

Es común que, con el paso de los años, muchas parejas se establezcan en una rutina sexual que puede ser monótona y hasta aburrida.

Y es que, cuando las relaciones sexuales se vuelven previsibles y siguen siempre la misma dinámica, el interés y la motivación se reducen.