Culmina Carlos Alcaraz en seis minutos una victoria arrasadora

El español, vigente campeón, no sufrió para cerrar un partido que tenía ganado cuando la lluvia impidió que terminara el martes. Le espera Fognini

Solo le bastaron seis minutos a Carlos Alcaraz para dar carpetazo ayer miércoles a su partido de primera ronda del Río Open, que fue aplazado el martes tras un cúmulo de despropósitos que tuvo como colofón el aguacero que impidió su continuación.

El murciano dominaba al desconocido Mateus Alves por 6-4 y 5-3 en una hora y 49 minutos, a un solo juego del triunfo, aunque con saque para el brasileño de 22 años y 556º del mundo..

Antes se había producido una bochornosa pelea en la grada entre dos aficionadas, y el tenis había estado parado durante unos instantes por temor a que el fuerte viento derribara las palmeras de atrezo de la Quadra Guga Kuerten e incluso del marcador electrónico.

Alcaraz necesitó finalmente dos juegos para confirmar la victoria (doble 6-4 en 1h55) y después de su casi anecdótica aparición en la pista, podrá descansar antes de afrontar el jueves un duelo de cuartos bastante más complicado, a priori, contra el imprevisible Fabio Fognini.

Al italiano de 36 años y 86º, gran jugador en su momento sobre tierra batida (campeón en Montecarlo 2019) le pasó algo parecido a lo ocurrido entre Alcaraz y Alves.

Tuvo que jugar unos minutos para sentenciar al chileno Tomás Barrios Vera, a quien superaba por 6-2 y 5-2 cuando la jornada del martes se suspendió en Río de Janeiro.

Resolvió en dos juegos también y se opondrá por segunda vez al murciano de 19 años y número dos, curiosamente en el mismo escenario que el año pasado, cuando cayó contra él por 6-2 y 7-5 en semifinales, antes de que este se proclamara campeón.

No había brillado realmente Alcaraz, quizá por el cansancio acumulado, el día anterior ante un oponente que le sorprendió de salida con un rápido quiebre, y que posee un saque y una derecha que están muy por encima de lo que debería señalar su bajísimo ranking.

El revés y la movilidad (sufrió con las dejadas de Carlitos) si lo delataban, pero el invitado de la organización aguantó con su bravura y el apoyo del público local.

En la continuación, no se complicó el español. Amenazó primero al resto y barrió después al servicio para evitar sorpresas e irse de nuevo a descansar.