El asteroide mide solo entre 5 y 15 metros de diámetro, lo que lo convierte en un objeto mucho más pequeño que la Luna
En los próximos años, la Tierra tendrá un acompañante poco común: una “miniluna”. Se trata del asteroide 2022 NX1, que fue descubierto por astrónomos aficionados en África. Aunque esta noticia puede parecer emocionante, el asteroide no es exactamente bienvenido. De hecho, está destinado a chocar contra nuestro planeta.
Afortunadamente, debido a su tamaño relativamente pequeño, el impacto no debería causar demasiados daños. El asteroide mide solo entre cinco y 15 metros de diámetro, lo que lo convierte en un objeto mucho más pequeño que la Luna. A pesar de su tamaño, los científicos están estudiando el asteroide con mucho interés.
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El estudio de objetos como el 2022 NX1 puede ayudar a los astrónomos a comprender mejor la formación del sistema solar y cómo los objetos celestes interactúan entre sí.
A medida que se acerca su colisión, los científicos seguirán monitoreando al asteroide para tener una mejor idea de cómo interactúa con nuestra atmósfera. Aunque no hay necesidad de entrar en pánico, es interesante pensar que, por un tiempo limitado, tendremos dos satélites orbitando alrededor de la Tierra.
El descubrimiento del asteroide 2022 NX1 ha causado gran interés en la comunidad científica. Este objeto fue hallado en julio de 2022 por un grupo de astrónomos aficionados desde el observatorio de las montañas Hakos en Namibia. Desde entonces, ha llamado la atención por su órbita, la cual es muy similar a la de la Tierra, y por sus posibles orígenes.
Según la Unión Astronómica Internacional, existen dos hipótesis sobre su origen. La primera es que podría ser de origen artificial, lanzado desde nuestro planeta hace décadas. La segunda es que podría ser un fragmento lunar. Ambas teorías han generado un gran debate en la comunidad científica, y se espera que se siga investigando para poder determinar su verdadero origen.
2022 NX1 se encuentra en una trayectoria de herradura, y se acercará a la Tierra en 2051. Sin embargo, lo más llamativo de este objeto es que chocaría contra nuestro planeta a partir de 2075. Afortunadamente, esto no tendría graves consecuencias debido a su tamaño.
Es necesario seguir investigando y desarrollando tecnologías que nos permitan detectar y evitar estos peligros en el futuro.
En agosto de ese mismo año, astrónomos de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Astrofísica de Canarias observaron el asteroide con el Gran Telescopio Canarias, y publicaron un estudio en la revista Astronomy & Astrophysics.
Según este estudio, el asteroide está hecho de un material de origen rocoso o con mayor contenido en metales, y no es compatible con material de origen lunar. Aunque el asteroide sigue una trayectoria de herradura, completando una órbita alrededor del Sol junto con la Tierra, se mueve a una velocidad mucho menor que la de la Luna.
Durante unas semanas, la energía gravitatoria respecto a la Tierra toma un valor negativo al acercarse a ella, lo que le permite convertirse temporalmente en su satélite.
