Resucitar al pájaro dodo podría traer muy malas consecuencias

Se cree que el dodo se extinguió en algún momento entre 1688 y 1715

Puede que la expresión “desapareció con los dodos” deje de ser cierta, y todo debido a que el pasado 31 de enero Colossal Biosciences anunció un proyecto para desextinguir al pájaro dodo.

Junto con el mamut lanudo y el tigre de Tasmania —conocido también como tilacino—, el dodo es la tercera especie extinta que la compañía estadounidense pretende resucitar. El problema es que muchos científicos dudan de que recuperar especies como el dodo sea una buena decisión.

“Resucitar a los dodos no aporta nada a esa especie (de hecho, no creo que la idea tenga mucho sentido). Y tampoco ayuda a los otros animales que han sido víctimas de la actividad humana”, declara para Newsweek el Dr. Josh Milburn, profesor de filosofía moral y política en la Universidad de Loughborough, Inglaterra. “Lo único que lograrían sería crear nuevos dodos. ¿Y de qué serviría eso? Producir animales con la única intención de saciar la curiosidad no es solo falta de humildad, sino que apunta a que existe una motivación ulterior”.

Endémico de la isla de Mauricio, el dodo (o dronte; Raphus cucullatus) fue un ave no voladora que alcanzaba una altura aproximada de un metro y tenía muy pocos depredadores, razón por la que no manifestó temor alguno cuando los humanos llegaron a la isla en el siglo XVI.

Por desgracia, los marineros mataron grandes cantidades de esas aves para alimentarse; y encima, sus poblaciones fueron diezmadas por las especies invasoras que llegaron en los barcos europeos, incluidos perros, cerdos, gatos y ratas.

El Dodo se extinguió hace más de 300 años
Se cree que el dodo se extinguió en algún momento entre 1688 y 1715, aunque los avistamientos se habían reducido enormemente desde la década de 1660. Y eso, pese a que la descripción inicial del ave se hizo poco menos de un siglo antes: en 1598, cuando integrantes de la segunda expedición holandesa a Indonesia toparon con la especie por primera vez.

El proyecto de desextinción del dodo se ha vuelto posible gracias a que, en 2022, un equipo de la Universidad de California secuenció por primera vez el genoma de esta ave extinta.

El proyecto de Colossal consistiría en introducir el genoma del dodo en el genoma de la paloma de Nicobar (Caloenas nicobarica), especie endémica del territorio indonesio y las islas Nicobar. Una vez obtenidos los genomas modificados, la compañía cultivaría células germinales que, eventualmente, transferiría a una hembra huésped.

¿Liberarlos en la Isla de Mauricio?
Por toda respuesta, Colossal ha asegurado que, de tener éxito, los dodos resucitados serán liberados en su hogar ancestral de la isla de Mauricio. A lo que Milburn replica: “Si la intención [de la empresa] es soltar a los dodos en Mauricio, tienen que cuestionar el impacto que tendrá esa liberación en las personas y en los animales que hoy viven en la isla. Si dicho impacto es negativo, les sobrarán razones para detenerse a reflexionar”.

Por otro lado, existe la inquietud de que los dodos vuelvan a extinguirse, pues el mundo que hemos creado ya no es compatible con la especie. Al respecto, el Dr. Euan Ritchie, profesor de ecología y conservación de la vida silvestre en la Universidad Deakin, en Geelong, Australia, comenta para Newsweek: “Nadie sabe cuánto tiempo sobrevivirán los individuos de las especies resucitadas, pues es muy probable que enfrenten muchos desafíos importantes. En particular, la pérdida potencial de las conductas innatas que propiciaron su supervivencia (como sus hábitos de caza y sociales, o sus estrategias para evadir a los depredadores)”.