Cáncer de vulva

El virus del papiloma humano y las anormalidades celulares en la vulva se relacionan con un mayor riesgo de cáncer de vulva. Lo importante es que ambos son prevenibles

El cáncer de vulva afecta a la superficie externa de los genitales femeninos externos, que recibe el nombre de «vulva». Este tumor, por lo general, evoluciona de forma lenta, pero progresiva. El mismo puede afectar a cualquier órgano de la vulva.

Suele ser diagnosticado en mujeres postmenopáusicas y se asocia con la infección por el virus del papiloma humano. Debido a que tiende a ser asintomático, suele pasar desapercibido hasta que ha progresado.

Para diagnosticar el cáncer de vulva, es necesario llevar a cabo una biopsia de la lesión. Ahora bien, su pronóstico depende del tamaño, tipo y si es diseminado o no. En cualquier caso, es importante el diagnóstico precoz.

El cáncer de vulva es muy raro y representa tan solo del 3 al 5 % de los cánceres del aparato genital femenino. Además, su causa exacta se desconoce.

En general, el cáncer se produce por mutaciones en el ADN celular que causa que las células crezcan y se dividan rápidamente de forma anómala.

De esta forma, las células se acumulan formando un tumor. Tienen también la capacidad de invadir tejidos cercanos o diseminarse a distancia en el cuerpo. Sin embargo, existen factores que aumentan el riesgo de padecerlo:

  • Edad avanzada (mujeres postmenopáusicas, en especial después de los 65 años).
  • Infección por el virus del papiloma humano.
  • Consumo prolongado de tabaco.
  • Cualquier trastorno que curse con inmunodepresión.
  • Antecedentes de lesiones pre-cancerosas de la vulva (como la neoplasia intraepitelial vulvar).
  • Otro cáncer del aparato genital femenino.
  • Enfermedades de la piel de la vulva (liquen escleroso).