Puede perder amistades, empleos y relaciones formales por este problema, conocido como satiriasis
Dandole seguimiento al tema que tratamos el dia ayer acerca de la adicción sexual masculina continuamos con.
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En el plano emocional, estas personsa pueden sentirse culpables, ansiosas o deprimidas, ya sea antes o después de consumar el sexo. Es lo mismo que sucede cuando alguien es adicto a una droga: solo encuentra tranquilidad y bienestar mientras la consume; el resto del tiempo es infeliz.
La adicción sexual masculina: no es igual que disfrutar del sexo
Muchas personas confunden la satiriasis con el placer que producen las relaciones sexuales o la autosatisfacción. Sin embargo, está incluida dentro de los trastornos obsesivos compulsivos y por lo tanto, no es posible controlarla ni encauzarla.
Esto significa que el adicto al sexo no puede desarrollar una vida normal, ya que todos sus pensamientos están dirigidos a el disfrute sexual.
Por ello no debemos confundir con llevar una vida sexual muy activa y sana. La satiriasis es algo más grave o profundo y su origen es la falta de satisfacción con uno mismo.
Una persona adicta al sexo no se siente feliz en nada de lo que hace (trabajo, pareja, etc) y necesita de ciertos estímulos para estar bien. Al principio puede encontrar ese goce en una película pornográfica y en la masturbación. Luego buscará múltiples parejas ocasionales con las cuales tener sexo y con más frecuencia de lo normal.
Pero no se detendrá allí, debido a que según pase el tiempo precisará más y más estímulos para sentirse bien. Y esa sensación será tan efímera como lo que dure el sexo. Por ello es que no habrá otro pensamiento que aparezca en su mente. Cuando no reciba placer sexual estará deprimido y ansioso… Por lo tanto buscará continuamente objetivos para poder saciar esa necesidad.
Qué hacer si se sufre de satiroisis
Es muy importante determinar en qué momento se pasa de disfrutar del sexo a ser un adicto a él. Cuánto más pase el tiempo sin aceptar que se tiene un problema, más difícil será recuperarse o sanarse. Una adicción, cualquiera sea, requiere de mucho compromiso por parte de la persona que la padece. Y también es fundamental que quienes la rodean sirvan de apoyo y contención.