Michelle Rodríguez quiere ser su propia heroína

La actriz, quien protagoniza «Contra las cuerdas», celebra que se estén contando historias con otros personajes, más allá de la talla o el color de piel

“Me gustaría ser mi propia heroína”, dice Michelle Rodríguez, quien comenzó a soñar con ser actriz en una casa ubicada dentro del embarcadero de Xochimilco. Estudió teatro, doblaje y locución desde los 16 años, después se especializó en comedia, teatro musical, interpretación e improvisación teatral.

Su objetivo era claro: quería demostrar su talento y representar con su imagen a otro tipo de mujeres que no se veían en pantalla en los años 90.

Su debut sucedió hace una década en la telenovela «Amores verdaderos», donde interpretó a Polita López, la mujer que limpiaba la casa de Nikki, una chica consentida interpretada por Eiza Gónzalez.

Polita se enamora de Guzmán, el guardaespaldas de Nikki, pero tiene que enfrentar al desamor cuando él elige a la protagonista. Para Rodríguez, este papel fue algo que tomó con optimismo y como camino para llegar a ser la protagonista de su propia historia.

“La industria ha cambiado mucho, pero todavía hay camino por recorrer, se trata de ver qué historias nos estamos contando a nosotros mismos”, dice Rodríguez en entrevista.

“El público necesita otra cosa, en medida de que el consumidor empiece a consumir proyectos donde haya historias diferentes, las plataformas empezarán a exigirlas y entonces todos los que estamos abiertos por compartir nuevas historias podrán salir a la luz”.
En diciembre se estrenó una serie inspirada en la vida de Michelle, «La flor más bella», una producción juvenil que tiene como propósito hablar a los jóvenes sobre la aceptación propia y el orgullo de las raíces y la autenticidad, algo que la actriz ha llevado como estandarte en programas como «40 y 20», junto a Jorge “El burro” Van Rankin, y «Divina comida México», donde comparte con Belinda y otras personalidades.

“Me encanta que haya oportunidad en las historias que estamos contando de tener narrativas distintas, de que haya personajes diferentes y de que las protagonistas seamos del color que sea, del tamaño que sea, de la talla que sea y que la representación esté cada vez más presente”, apunta.

“Quería hablar a la juventud de no cuestionar nuestro cuerpo, nuestros amores y el lugar donde vivimos; hablar orgullosamente de Xochimilco”.

Ahora, con su papel en «Contra las cuerdas», serie sobre la lucha femenil mexicana, habla también de zonas del país que son marginadas, como Nezahualcóyotl e Iztapalapa, donde vive su personaje, Josefina, una vendedora de vestidos de novia que lucha contra la opresión de su esposo.

“Josefina ha normalizado que su marido siempre se queja, siempre la regaña, siempre tiene una molestia de algo o un mal comentario y esa es la realidad de muchas mujeres que viven en pareja. Encontrarse con este grupo de luchadoras les da la fuerza y el valor para enfrentarse a su propia realidad, ellas son heroínas”.

La serie, en la que también participan Alejandra Ley, Caraly Sánchez y Scarlet Gruber, está disponible en Netflix y busca enaltecer la valentía de las mujeres detrás de las máscaras y sus historias.