Tomografías computarizadas permitieron ver el cuerpo de un adolescente egipcio de alto nivel socioeconómicos
Tomografías computarizadas permitieron “desenvolver digitalmente” a la momia intacta de aproximadamente 2 mil 300 años de antigüedad de un adolescente egipcio de alto nivel socioeconómico.
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El cuerpo estaba equipado con 49 amuletos de 21 tipos diferentes, muchos de ellos de oro, que habían sido cuidadosamente colocados sobre o dentro del cuerpo.
Entre ellos había un amuleto de dos dedos junto al pene incircunciso, un escarabajo de oro con forma de corazón colocado dentro de la cavidad torácica y una lengua de oro dentro de la boca. Iba ataviado con sandalias y guirnaldas de helechos, de significado ritual. Esta momia es una muestra de las creencias egipcias sobre la muerte y el más allá durante el periodo ptolemaico, aseguran investigadores en la revista Frontiers in Medicine.
Los antiguos egipcios creían que cuando moríamos nuestro cuerpo espiritual buscaba una vida después de la muerte similar a la de este mundo. Pero la entrada en este más allá no estaba garantizada: primero requería un peligroso viaje por el inframundo, seguido de un juicio final individual. Por eso, familiares y embalsamadores hacían todo lo posible para que su ser querido llegara a un destino feliz.
En este caso, científicos egipcios utilizaron la tomografía computerizada (TC) para “desenvolver digitalmente” a la momia intacta y nunca abierta de un adolescente de 2 mil 300 años de antigüedad y de alto nivel socioeconómico.
Descubrieron que este “chico de oro” es un escaparate intacto de las antiguas creencias egipcias sobre la vida después de la muerte. Por ejemplo, fue enviado con no menos de 49 amuletos de 21 tipos para promover su resurrección corporal. Llevaba sandalias y guirnaldas de helechos, ricas en significado ritual.
Estos resultados proporcionan una visión única de los procedimientos de momificación y de las creencias sobre la importancia de los ornamentos funerarios durante el periodo ptolemaico, destacan los investigadores.
“Aquí mostramos que el cuerpo de esta momia estaba ampliamente decorado con 49 amuletos, bellamente estilizados en una disposición única de tres columnas entre los pliegues de las envolturas y dentro de la cavidad corporal de la momia –explica en Frontiers la doctora Sahar Saleem, primera autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo (Egipto). Entre ellos figuran el ojo de Horus, el escarabajo, el amuleto akhet del horizonte, la placenta, el nudo de Isis y otros. Muchos eran de oro, otros de piedras semipreciosas, arcilla cocida o loza y su finalidad era proteger el cuerpo y darle vitalidad en la otra vida.”
La momia del “chico de oro” fue hallada en 1916 en un cementerio utilizado aproximadamente entre los años 332 y 30 aC en Nag el-Hassay, en el sur de Egipto. Ha estado guardada sin examinar en el sótano del Museo Egipcio de El Cairo hasta el presente estudio.
La momia estaba depositada dentro de dos ataúdes, uno exterior con una inscripción griega y otro interior de madera. Dentro llevaba una máscara dorada para la cabeza, un cartonaje pectoral que cubría la parte delantera del torso y un par de sandalias. Aparte del corazón, las vísceras habían sido extraídas mediante una incisión, mientras el cerebro había sido sacado por la nariz y sustituido por resina.
“Las sandalias probablemente servían para que el niño pudiera salir andando del ataúd. Según el ritual egipcio del Libro de los Muertos, el difunto debía llevar sandalias blancas para estar piadoso y limpio antes de recitar sus versículos”, refiere Saleem.