¿Qué Navidad festejamos los potosinos?

Todo gira alrededor de la circulación de mercancías y el dinero.

El consumo. La compra incesante y obsesiva de mercancías. Llevar el regalo, el presente para los familiares o algún amigo. Los convivios, ilusiones luminosas y algunos embriagados para celebrar la Navidad y despedir este año 2022. Las fiestas, todo alrededor de la circulación de mercancías y el dinero. Para muchos otros la cruda realidad que les rodea, que los lleva a estados de ánimo depresivos y de profunda tristeza.

Los dueños del circulante en esta época hablan de la gran “derrama económica”, por la intensificación en unos cuantos días de la acumulación de sus capitales, por las altas compras de los consumidores que no se presenta en otras épocas del año, comprar y comprar todo tipo de mercancías es lo que se impone en estos días.

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“A primera vista, una mercancía parece ser una cosa trivial, de comprensión inmediata. Su análisis demuestra que es un objeto endemoniado, rico en sutilezas metafísicas y reticencias teológicas. Es de claridad meridiana que el hombre, mediante su actividad, altera las formas de las materias naturales de manera, que por ejemplo, cuando con ella se hace una mesa.

No obstante, la mesa sigue siendo madera, una cosa ordinaria, sensible. Pero no bien entra a la escena como mercancía, se trasmuta en cosa sensorialmente suprasensible. No solo se mantiene tiesa apoyando sus patas en el suelo, sino que se pone de cabeza frente a todas las demás mercancías y de su testa de palo brotan quimeras mucho más caprichosas que sí, por libre determinación, se lanzara a bailar”.

Párrafo del capítulo 1 del primer libro del Capital de Carlos Marx, titulado: El carácter fetichista de la mercancía y su secreto. Y es que la adquisición de mercancías, consumir y consumir, se vuelve una necesidad imperante en el hombre moderno; respondiendo a sus emociones y estados de ánimo; como si fuera parte de su naturaleza humana.

Una persona que no tiene acceso al consumo se considera insatisfecho, incompleto e inútil; sin sentido en la vida. Por eso en esta temporada invernal, cuando se desata toda una catarata de publicidad y de incitación a comprar y comprar, los de menos con poder adquisitivo que son la mayoría en la sociedad; presentan estados de ánimo depresivos y de melancolía, dado que su economía es muy escasa, y por ello, se registran tristes incidentes de suicidio, “ya no tiene sentido la vida”, dicen.

¿Esta Navidad como la recibiremos la mayoría de los mexicanos?

Mal, este 2022 se incrementó el número de pobres en nuestro país. Según datos del Coneval, pasamos de 51. 9 millones a 55.7, casi cuatro millones, que este fin de año la mayoría de los mexicanos la pasaremos con carencias económicas.

Ahora agreguemos la inflación, que llegó al 8% (cómo hace más de dos décadas que no se presentaba) provocando el incremento a los precios de los productos que se elevaron de manera exponencial, sobre todo, de los alimentos: el kilo de tortillas (de 15 a 22 pesos), el pan de caja (de 34.15 a 43.10 pesos), la calabacita (de 5.90 a 34.50 pesos), el huevo (de 36 a 43 pesos), el pollo entero (de 104 a 129 pesos), la carne de res (de 178 a 209 pesos), el jitomate (de 22.60 a 34.50), el gas LP de 30 kilogramos (de 548 a 754 pesos), y muchos más.

En San Luis Potosí los potosinos que se suman a los niveles de pobreza, se incrementan con un porcentaje del 42.4%, es decir 1.5 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional (41.9%).

En este mismo año, el porcentaje de población vulnerable por carencias sociales en San Luis Potosí llegó al 27.7%, es decir, 784,800 personas aproximadamente, presentaron al menos una carencia.

Con carencias muy elementales, el acceso a una alimentación digna, a la salud, a la educación, al servicio del agua potable, drenaje, electrificaciones o pavimentación de calles en sus abandonadas colonias o comunidades.

¿Nuestras autoridades como atienden el escenario adverso en que viven miles de potosinos?

En estos días, los vemos muy ocupados por inflar sus egos, preocupados por ver quien instaló el Árbol de Navidad más bonito y luminoso, realización de eventos masivos con la presentación de artistas de la farándula nacional e internacional o colocación de patéticos establos de pastorela y ridículos espantapájaros –según de personajes que representan la potosinidad- en plena Plaza de Armas.

“¿Qué voy a festejar de Navidad? Nada, estoy mal de salud, me siento desesperada, deprimida; me quitaron mi fuente de trabajo de la noche a la mañana, mi sustento para llevar los alimentos a mis hijos, tengo tres semanas sin poder ir a trabajar.

¿De dónde voy a sacar recursos para atender mi salud y dar de comer a mis hijos? Dios perdone a quienes me amenazaron de llevarme a la cárcel y sustraer mi mercancía. Hace cerca de un mes, fueron unos hombres que dijeron ser del municipio, y fueron amenazarme que si seguía vendiendo mis buñuelos y atole en el Jardín de Tequis, me echarían la policía y me quitarían mi mercancía, yo como no quiero problemas y nunca los he tenido, ya no fui a vender, tengo muchos años vendiendo en el Jardín, nunca me habían molestado hasta ahora ¡Cuánta maldad de estas personas!

Pido al presidente municipal Enrique Galindo, que si son sus trabajadores les llame la atención, yo no le pido despensas, ni apoyos sociales, ni un Centro bonito, solo le pido me deje trabajar. ¿Es mucho pedir?” Testimonio de la señora Imelda López Zamora, comerciante en la vía pública.

¿Qué Navidad festejaremos los potosinos? No hay nada que festejar. Mal por nuestras carencias, y mal por el corazón pueril y duro de nuestras autoridades. En fin.