Los afrodisiacos desconocidos… Parte 2

Generalmente, cuando se habla de afrodisíacos, se hace mención a sustancias o productos que «supuestamente» producen un aumento del placer y del deseo erótico

En el número pasado empezamos con el tema de los afrodisiacos poco comunes pero falto comentar que algunas veces la mente influye mucho en el deseo sexual y que reducen el mismo y el placer. Acontinuación te mostramos una lista de:

Algunos anestésicos del deseo y del placer:
• Los nervios y las preocupaciones
• La intranquilidad (por ejemplo, debido al sitio o la situación en la que se produce el encuentro)
• No gustarse o no aceptarse a uno mismo o una misma
• Los excesivos deseos de complacer a la otra persona (y el completo olvido de los propios gustos y los propios deseos)
• No conocer el propio cuerpo o los propios gustos, o no tenerlos en cuenta.
• No comunicarse, y no comunicar los propios gustos
• Forzarse a hacer cosas que no se desean

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Y aquí presentamos algunas de las emociones, conductas y actitudes afrodisíacas, que suelen traducirse en un incremento del deseo y del goce en las relaciones, y que aconsejamos cultivar con esmero.

• La confianza con la pareja, la complicidad, y la tranquilidad en los encuentros
• Los afectos y los sentimientos amorosos hacia la pareja son también potentes afrodisíacos para muchas personas
• Concebir el encuentro como un juego, ir, por tanto “a jugar” (no a competir, ni a “cumplir”, ni a “quedar bien”)
• Preocuparse del antes y el después de los encuentros, y cuidar la relación de pareja en su conjunto (aunque sea una relación breve o de una noche, se pueden cultivar la amabilidad y la ternura).
• Ir al propio ritmo, y no forzarlo para complacer.
• Hacer sólo lo que realmente se desea y decir que no cuando algo no se desee.
• Comunicar los gustos, pedir lo que se desea, y preguntar los gustos de la otra persona.
• Tomar el sexo como un paseo. Disfrutar del camino, y de cada paso que se da. No hay un fin, ni siquiera el coito es un fin, ni el orgasmos… el fin es el contacto piel con piel, las caricias, el propio camino… que pueden acabar en coito o no…
• Concebir el sexo como un menú con muchos platos.

Algunos de los platos posibles son: tocar, abrazar, besar, mirar, acariciar, coger de las manos, masajear (o recibir un masaje…),, compartir una actividad agradable con alguien que guste (bailar…), acariciar la piel, acariciar los hombros, los brazos, las manos, la cara, los pies, las piernas, los genitales, masturbarse o masturbar a otro, un coito, hablarse al oído y hacerse cosquillas, compartir intimidades y caricias… muchas posibilidades para muchas personas que pueden darse juntas o por separado.

En definitiva, los mejores afrodisíacos no son ni el chocolate, ni el marisco, ni la canela… sino la confianza, la ternura, la tranquilidad, la complicidad y concebir el encuentro erótico como un juego y un paseo.