Los afrodisíacos se han utilizado buscando potenciar el deseo de coito y de contacto genital
Generalmente, cuando se habla de afrodisíacos, se hace mención a sustancias o productos que «supuestamente» producen un aumento del placer y del deseo erótico.
Más concretamente, los afrodisíacos se han utilizado buscando potenciar el deseo de coito y de contacto genital, pero se han utilizado con menos frecuencia para potenciar otro tipo de deseos eróticos no genitales (deseo de contacto físico, deseo de caricias…), principalmente porque este tipo de deseos (los no coitales o no genitales) han sido considerados “menos importantes” por la visión reproductiva de la sexualidad que se ha mantenido durante muchos siglos en nuestra cultura…
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• Algunos de los alimentos y sustancias a los que se han atribuido propiedades afrodisíacas en diversos lugares del mundo son los siguientes:
• El aguacate, el ajo, la albahaca, la alcachofa, el alcohol (en muy pequeñas dosis, ya que en grandes dosis es bien sabido que suele causar dificultades con la excitación), la artemisa, la avena, el cacao, el café, la canela, la cantárida (que a pesar de sus supuestas propiedades afrodisíacas no es muy recomendable porque puede resultar tóxica), la coca (con la que sobra decir que también es recomendable la prudencia), las gambas, el ginseng, las guindillas, el hinojo, la mandrágora, la marihuana, la menta, los testículos (de toro, conejo, caballo o ciervo), la miel, la pimienta, el polen, el romero, el tomillo, la trufa, la vainilla, la yohimbina, la zarzaparrilla… entre otras muchas…
• También en determinadas culturas se han atribuido propiedades afrodisíacas a los cuernos de rinoceronte, elefante o reno, lo que por cierto, nunca se ha demostrado, pero que sin embargo sí ha causado la persecución y muerte de muchos ejemplares de estas especies.
Puesto que el deseo y la percepción subjetiva del placer son cosas extremadamente complejas en el ser humano, es complicado que la toma de una simple sustancia amplifique el deseo o el placer, especialmente cuando hay determinados factores que puedan estar impidiendo o dificultando ese deseo o ese placer.
Sin embargo, sí que se tiene constancia de la eficacia de otro tipo de afrodisíacos, que en este caso no se ingieren. Puesto que el principal órgano sexual es el cerebro, existen también emociones afrodisíacas, y actitudes afrodisíacas muy potentes.
Es decir, existen emociones, actitudes y conductas que pueden potenciar el deseo erótico y también el placer en los encuentros, y que suelen ser más efectivas que cualquier producto o sustancia supuestamente afrodisíaco. Por otro lado, hay emociones y actitudes que tienen el efecto contrario: son las emociones, conductas, situaciones y actitudes anestésicas, aquellas que disminuyen el deseo y reducen o eliminan el placer en los encuentros eróticos.