El beber alcohol y enfermedad cerebrovascular en jóvenes

(Chung JW et al. Neurology 2022; doi: 10.1212/WNL.0000000000201473)

El consumo de alcohol es factor modificable importante ligado a apoplejía o enfermedad cerebrovascular en adultos jóvenes.

Los autores obtuvieron información de la Base de Datos de los Servicios Nacionales de Salud de Corea, de sujetos entre 20 y 39 años de edad, para evaluar consumo de alcohol y su potencial relación con apoplejía.

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De 1, 536, 668 individuos, con edad promedio de 29.5 años, 71.5% hombres y con seguimiento de 6 años, 3,153 tuvieron apoplejía, con tasa de incidencia de 0.37 por 1000 personas año y posterior a ajuste multivariado, los sujetos que consumieron más de 105 g/semana de alcohol por 2, 3 y 4 años, tuvieron mayor riesgo de hemorragia cerebral (más de 20% adicional).

Adicionalmente Han M y su grupo informaron que la ingesta de alcohol se asocia a la arritmia arrítmica más frecuente (fibrilación auricular) (JAMA Netw Open. 2022; 5(9):e2229799. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2022.29799), como consecuencia de alteraciones autonómicas que conducen a taquicardia, cardiomiopatía y fibrilación auricular; esta última se asocia a incremento de 25% que se eleva a 47% más en los consumidores de alcohol a 4 o más años, con tasa de 0.36 por 1000 personas-año.

Impacto de brecha generacional de enseñanza y aprendizaje

(Josephine J & Jones L. Advances in Medical Education and Practice 2022; 13: 1071-9)

Los retos de la educación médica de pregrado es uno de los más relevantes en los grupos de nuevas generaciones. La teoría de Strauss-Howe se introdujo hace 20 años ante la necesidad de participar experiencias históricas y cambios sociales.

Las diferencias entre marcos de pensamientos, creencias y valores son francamente percibidos, ante lo que se han realizado esfuerzos que permiten análisis fenomenológicos interpretativos, que incluyen el potencial papel del profesor, relación con otros profesores y con los estudiantes. Lo anterior con la integración de práctica de la comunidad, conceptos propios y del valor del control de emociones alcanzables.

Los ideales humanísticos son inicialmente el poder acceder a la aulas de la Escuela o Facultad de Medicina posterior a examen de admisión, el que habitualmente restringe importantemente las oportunidades; de manera subsecuente, como objetivo fundamental terminal, es el ser médico y servir al prójimo.

Los estudiantes son significativamente más idealistas y actualmente se preparan con currículo más competitivo; la mayoría desean trabajar con pacientes directamente y no necesariamente a través de comunicaciones en línea.

Consideraciones sobre sobrepeso

(Belluz J. New York Times)

Un grupo selecto de los principales investigadores del mundo que estudian la obesidad se reunió hace poco en las Salas Doradas, de la Sociedad Científica en la que participaron Isaac Newton y Charles Darwin, donde alguna vez se debatieron ideas como la gravedad y la evolución; discutían sobre las causas de la obesidad, que afecta a más del 40 por ciento de los adultos estadounidenses y le cuesta al sistema de salud alrededor de 173,000 millones de dólares al año. En la sesión de clausura de la reunión, el biólogo Speakman concluyó: “No hay consenso sobre cuál es la causa”.

No es la obesidad un fracaso personal de fuerza de voluntad. En la década de 1980, las tasas de obesidad se dispararon, primero en los países de altos ingresos y luego en la mayor parte del resto del mundo. No se habló de pereza, gula ni ocio, como elementos que propician la obesidad.

Los investigadores dijeron que la obesidad es afección crónica y compleja, que ha vuelto más anchos a los seres humanos en los últimos cincuenta años.

Un biólogo nutricional presentó la idea de que los carbohidratos y las grasas en los alimentos actuales, impulsa a comer más calorías para compensar la discrepancia con las proteínas, mientras que un antropólogo evolutivo argumentó que muchas sociedades cazadoras-recolectoras magras comían muchos hidratos de carbono, con especial afinidad por la miel.

Un fisiólogo compartió su ensayo controlado aleatorio en el que demostró que la gente consume más calorías y sube más de peso con dietas de alimentos ultra-procesados que con dietas integrales de la misma composición de nutrientes. Pero dijo que aún no se sabe por qué estos alimentos motivan a la gente a comer más.

El misterio podría explicarse por las miles de toxinas que los alimentos ultra-procesados pueden incluir en forma de fertilizantes, insecticidas, plásticos y aditivos, argumentó una bioquímica. Su investigación sobre las células ha demostrado que estos químicos interfieren con el metabolismo.

Otros piensan que tal vez el problema tiene menos que ver con lo que comemos y más con lo que no comemos. Una etóloga compartió su trabajo sobre el vínculo entre la inseguridad alimentaria y la obesidad en las aves.

Cuando los alimentos escasean, los animales comen menos calorías, pero suben más de peso. Los estudios en humanos también han demostrado una asociación “sólida” entre la inseguridad alimentaria y la obesidad, lo cual se conoce como la paradoja del hambre y la obesidad.

Identificaron más de mil genes y variantes que aumentan el riesgo que tiene una persona de presentar obesidad. No todas las personas con obesidad desarrollan sus complicaciones asociadas, que incluyen cáncer, diabetes tipo 2, hipertensión, infartos, apoplejía y muerte prematura.

Los gurús y las empresas dedicadas a las dietas recaudan miles de millones con modas alimentarias y de acondicionamiento físico que acaban fracasando.

Mientras no veamos la obesidad como algo que se ha impuesto a las sociedades, y no como algo que eligen los individuos, seguiremos discriminando a la gente por su peso y continuarán las curas mágicas y las malas políticas.

Mientras no dejemos de culparnos a nosotros mismos y a los demás y empecemos a centrar la atención en los entornos y los sistemas, la tasa de obesidad mundial continuará su ascenso, una tendencia que ningún país ha revertido de manera sustancial, ni siquiera en los niños.