Es otro Clásico de Mundiales. Argentina y Países Bajos se crearon otro partido de drama e incertidumbre con un empate a dos que forzó el tiempo extra y los penaltis. En la lotería de los once pasos, el Lusail engrandeció al Dibu Martínez y la Albiceleste logró lo que Brasil no pudo y enfrentará a Croacia en Semifinales.
El estadio de Doha era otra sucursal del Monumental en Doha: el estadio más grande de Qatar 2022 se tapizó de blanco y celeste, con una manchita naranja. Fueron locales otra vez. La burla a Brasil por su eliminación venía acompañada con la presión extra del único americano en contienda.
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La novela argentina con De Paul quedó como un mal recuerdo cuando Scaloni tuvo que dar su alineación: Di María al banquillo y sistema espejo al europeo, 3-5-2. Van Gaal, viejo pescador del mar mundialista tiró el anzuelo: invitó a cenar hasta la cocina y ahí fue Argentina. Holanda dejó jugar, los sudamericanos se toparon entre una zaga presta y su propia falta de chispa.
La iniciativa era albiceleste. Países Bajos se hizo la dormida, aunque despertaba a tiempo para contener. El plan de Louis aguantó hasta que apareció el mago, el que tiene ojos en la nuca. Messi bajó del cielo estrellado de Doha para iluminar a Argentina con dos trucos de magia.
Leo hizo un amague cruzando sobre la media luna y observó con el radar que nadie más tiene, a Molina entrando por derecha, sacó un pase del sombrero para dejar solo ante Noppert, punteó a la salida y abrió el ostión al 35’. El Lusail estalló entre gritos y lágrimas.
Pero como todo buen truco, de lo bueno, poco. Partido espeso. Leo se hartó y nos regaló algo más de fantasía: descolgó por izquierda y recibió falta de Van Dijk. El árbitro Lahoz ni dudó: penalti. Lo que le faltaba a Messi. Noppert encaró al ‘10’ con sus 32 centímetros de diferencia de estatura, pero ni así lo intimidó. Cobro y balón al fondo. Segundo al 73’.
Países Bajos tenía algo más que decir. Ahora sí intentó y Argentina cuidaba la ventaja. Falta por derecha y centro largo que Weghorst, ingresado cinco minutos antes, cabeceó a segundo poste. Golazo que revivió. Y se prendió el juego. Al 89’ una falta de Paredes vació las bancas. Empujones y sólo una amarilla al argentino.
Cierre de locura. ¡Diez minutos de agregado! Argentina intentó aguantar, pero falló como Brasil: falta para Países Bajos y una jugada de pizarrón, en lugar de tiro fue un pase filtrado junto a la barrera que el mismo Weghorst remató a place, ¡empate al 111’! La marchita naranja festejaba. Con el tiempo extra llegó otra bronca entre las bancas.
Países Bajos ya era Argentina y Argentina era Países Bajos. Nada. Cerrado. Sobre el final la Albiceleste recordó su estilo y lo intentó, Lautaro estrelló en Van Dijk una cantada. Otamendi probó otra de más, pero chato. Se cocinaron en el horno los penaltis. El Lusail jugó su partido, el Dibu atajó dos y avanzó la Albiceleste ante Croacia.