El concepto central es responder a la narrativa rusa de que Ucrania no tiene derecho a existir y su arte es ruso.
Contra el trasfondo de bombardeos rusos, fronteras cerradas y un trayecto sobrecogedor de tres mil 500 kilómetros en camión a través de Europa, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de España asociado con el Museo Nacional de Arte de Ucrania ha llevado secretamente docenas de obras de arte ucranias de vanguardia a Madrid para una muestra sin igual y una demostración de apoyo al país desgarrado por la guerra.
La muestra En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania 1900-1930 abre al público el martes.
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Incluye unas 70 obras de diversos formatos que representan diferentes tendencias, desde el arte figurativo hasta el futurismo y el constructivismo, principalmente de la galería de Kiev y el museo de teatro, música y cine. Permanecerá abierta hasta abril.
Además de rendir homenaje a un periodo poco conocido de la historia del arte ucraniano, la exposición adquiere especial relevancia en medio de la actual invasión rusa del país.
Es la primera vez que un conjunto tan grande de arte moderno sale de Ucrania. Su creación en las circunstancias imperantes constituyen una hazaña de desafío cultural.
La exhibición es una creación de la coleccionista de arte y activista Francesca Thyssen-Bornemisza, fundadora de la red de apoyo Museos de Ucrania, y su amigo, el historiador de arte y curador ucranio Konstantin Akinsha. La idea les vino cuando Rusia invadió el país en febrero.