No laves el cabello todos los días
Lo adecuado sería programar el lavado del pelo cada semana, pero esta sugerencia la determina el tipo de cabello. En todo caso, no hay que lavarlo a diario, porque corres el riesgo de romper las trenzas, soltarlas o causar frizz.
Más agua que champú y acondicionador
Los días de lavado completo no apliques el champú y el acondicionador directo en las trenzas. La técnica es diluir cada sustancia en dispensadores que contengan un 90 % de agua y el 10 % restante de los limpiadores.
Humecta los bordes
Las trenzas africanas implican una técnica de prensado rigurosa, pero el cuero cabelludo resiente la compresión de los mechones y algunos tirones arrancan hebras desde las raíces.
Alivia las posibles molestias untando un poco de aceite esencial desde los bordes donde nacen las clinejas.
Enjuaga con una taza
Dejar que el agua de la regadera caiga sobre las mechas les resta prolijidad una vez que se secan. Lo adecuado es emplear un tazón o una ducha extraíble para enjuagarlas, debido a que controlas el impacto del chorro.
Seca con una toalla
Si te gana la prisa, puedes usar el secador a muy baja temperatura; pero lo oportuno sería secar con un paño de microfibra. Este consejo es indispensable para que el trenzado no se sienta pesado por el agua.
Usa un gorro de dormir
El gorro sirve de coraza contra los pelos rebeldes. En esta misión también son útiles las bufandas, los pañuelos o las bandanas que no estén constituidas por telas absorbentes, pues así las trenzas conservan su humedad natural.
Abrillanta
Con un spray de brillo acicala el trenzado. Este recurso es maravilloso para que el estilo se vea impecable. Además, aprovechas los componentes del producto para aportarle vitalidad y nutrición al cabello.
Hidrata
Los aceites o productos capilares con ingredientes naturales hidratan las trenzas. Puedes ponerlos directo o combinarlos con agua de rosas, masajeando el cuero cabelludo y esparciéndolos en el tejido.