El serbio le sirvió en plato frío la venganza al ruso, que le había ganado en la final del torneo francés en 2018.
Novak Djokovic en modo robot y en un estado de forma que asusta, avanzó el día de ayer jueves hasta los cuartos de final del Masters 1.000 de París con un triunfo convincente y más trabajado de lo que refleja el marcador (6-4 y 6-1 en 87 minutos) contra Karen Khachanov.
Desde entonces, tiranía de Nole en el cara a cara con siete victorias consecutivas para un total de ocho, con una sola derrota, aquella que le dolió lo suyo al ganador de 21 Grand Slams.
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Djokovic se enfrentará el día de hoy viernes (no antes de las 19:30) al italiano Lorenzo Musetti, que sometió al tercer cabeza de serie, el noruego Casper Ruud (4-6, 6-4 y 6-4). Será su tercer duelo, con un 2-0 favorable al balcánico.
Es curioso cómo les ha ido desde aquel partido por el título de hace cuatro años a Djokovic y a Khachanov.
El primero ha ganado 18 trofeos desde entonces, incluidos siete de Grand Slams y seis de Masters 1.000; el segundo, ninguno.
Novak tiene siete del evento parisino y está en racha de 11 triunfos, Karen solo uno y acredita una pobre marca de 3-23 contra rivales top-10.
En la pista, esa diferencia se nota. Djokovic está sensacional al servicio, con unos porcentajes tremendos. En esta ocasión, se llevó un 86% los de puntos con primeros (solo perdió cuatro) y un 55% con segundos.
Si a eso se le une un número reducido de errores no forzados (10), el resultado es un dominio abrumador sobre casi cualquier adversario, por muy bien que este juegue, como fue el caso de Khachanov en el primer set. A ver quién para al de Belgrado.
