Causas de la disfunción sexual femenina. Parte 2

La disfunción sexual femenina, es un tema que en el número anterior abordamos pero quedo muchas cosas por mencionar, a continuación lo mostramos.

Principales causas físicas
  • Casi siempre la disfunción sexual femenina está asociada a problemas físicos y emocionales a la vez.
  • En general, los problemas físicos suelen resolverse en poco tiempo.
  • Los factores emocionales demandan un lapso más prolongado.

Dentro de las causas físicas destacan las siguientes:

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• Enfermedades crónicas. Algunas enfermedades inciden en el deseo sexual. Principalmente: diabetes, cáncer, artritis, esclerosis múltiple y enfermedades cardíacas.

• Problemas ginecológicos. Los problemas en los músculos pélvicos, muchas veces tras una cirugía en esa zona, podrían incidir en el deseo sexual. También algunos trastornos como la endometriosis o la cistitis.

• Problemas hormonales. Corresponden a la disminución de estrógenos o del nivel de testosterona.

El primero obedece a la menopausia, o a la insuficiencia ovárica prematura.

El segundo, a la extirpación de los ovarios o al envejecimiento.

• Medicamentos. Algunos medicamentos y drogas pueden alterar la función sexual.

Entre ellos, los antihipertensivos y los antidepresivos.

El alcohol y otros psicoactivos también pueden tener un papel en la sexualidad.

Principales causas psicológicas y sociales

Los factores emocionales siempre tienen un gran impacto sobre la vida sexual.

El más importante de ellos es un precedente de abuso físico, sexual o emocional durante la infancia o la adolescencia.

Esto configura un trauma, que puede mantenerse a largo plazo si no se trata adecuadamente.

Además de esto, hay otros factores que podrían tener un papel en su aparición:

• Estrés o ansiedad. La angustia y las preocupaciones hacen que disminuya el interés en el sexo o limita su disfrute.

• Depresión. Los estados depresivos inhiben los mecanismos fisiológicos del sexo y reducen significativamente el interés sexual.

• Inhibiciones. Estas se expresan como miedo a la intimidad, miedo a perder el control, temor por no tener un desempeño adecuado o vergüenza y baja autoestima.

• Fatiga. El cansancio limita la capacidad para disfrutar de la sexualidad.

Una agenda muy apretada fácilmente podría llevar a la disfunción sexual femenina.

• Problemas de pareja. Cuando hay dificultades no resueltas en la pareja, es muy habitual que esto se refleje en la sexualidad.

• Creencias equívocas. A veces factores religiosos o ideológicos inducen a pensar que el placer sexual es negativo.