La disfunción sexual femenina, es un tema que en el número anterior abordamos pero quedo muchas cosas por mencionar, a continuación lo mostramos.
Principales causas físicas
- Casi siempre la disfunción sexual femenina está asociada a problemas físicos y emocionales a la vez.
- En general, los problemas físicos suelen resolverse en poco tiempo.
- Los factores emocionales demandan un lapso más prolongado.
Dentro de las causas físicas destacan las siguientes:
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• Enfermedades crónicas. Algunas enfermedades inciden en el deseo sexual. Principalmente: diabetes, cáncer, artritis, esclerosis múltiple y enfermedades cardíacas.
• Problemas ginecológicos. Los problemas en los músculos pélvicos, muchas veces tras una cirugía en esa zona, podrían incidir en el deseo sexual. También algunos trastornos como la endometriosis o la cistitis.
• Problemas hormonales. Corresponden a la disminución de estrógenos o del nivel de testosterona.
El primero obedece a la menopausia, o a la insuficiencia ovárica prematura.
El segundo, a la extirpación de los ovarios o al envejecimiento.
• Medicamentos. Algunos medicamentos y drogas pueden alterar la función sexual.
Entre ellos, los antihipertensivos y los antidepresivos.
El alcohol y otros psicoactivos también pueden tener un papel en la sexualidad.
Principales causas psicológicas y sociales
Los factores emocionales siempre tienen un gran impacto sobre la vida sexual.
El más importante de ellos es un precedente de abuso físico, sexual o emocional durante la infancia o la adolescencia.
Esto configura un trauma, que puede mantenerse a largo plazo si no se trata adecuadamente.
Además de esto, hay otros factores que podrían tener un papel en su aparición:
• Estrés o ansiedad. La angustia y las preocupaciones hacen que disminuya el interés en el sexo o limita su disfrute.
• Depresión. Los estados depresivos inhiben los mecanismos fisiológicos del sexo y reducen significativamente el interés sexual.
• Inhibiciones. Estas se expresan como miedo a la intimidad, miedo a perder el control, temor por no tener un desempeño adecuado o vergüenza y baja autoestima.
• Fatiga. El cansancio limita la capacidad para disfrutar de la sexualidad.
Una agenda muy apretada fácilmente podría llevar a la disfunción sexual femenina.
• Problemas de pareja. Cuando hay dificultades no resueltas en la pareja, es muy habitual que esto se refleje en la sexualidad.
• Creencias equívocas. A veces factores religiosos o ideológicos inducen a pensar que el placer sexual es negativo.