Teresita la de sonrisa eterna

Activa luchadora de movimientos estudiantiles

Teresa Saavedra Avilés, que de cariño le decíamos Teresita, el día de ayer se nos adelantó en el camino por complicaciones en su salud, que ya de tiempo estaba padeciendo. Fui testigo de muchas facetas de su vida, de muy jovencita la conocí como secretaria y fundadora del Instituto Ponciano Arriaga (preparatoria que brinda educación media superior a estudiantes de escasos recursos).

La conocí también como activa luchadora de movimientos estudiantiles, como la que llevaron los estudiantes de la Escuela Normal “Camilo Arriaga”, para que la SEP les otorgara los REVOES de sus estudios; y allí la veía en las manifestaciones y plantones frente a Palacio de Gobierno, conviviendo con los estudiantes y maestros, brindándoles su apoyo y su sonrisa; era valiente y muy solidaria mi compañera antorchista.

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Era alegre, le gustaba mucho la música y bailar; su compañía era siempre agradable y nos amanecíamos bailando o cantando en sana convivencia y compañerismo.

En momentos que se necesitaba relevar o cubrir alguna área del activismo, sobre todo en regiones de nuestra entidad donde salta a la vista la marginación y pobreza de sus habitantes, ella siempre se mantuvo dispuesta a ir a trabajar y luchar de lado de la gente pobre. Una de estas regiones a la que le tocó apoyar fue en la zona desértica de San Luis Potosí: el municipio de Santo Domingo, hasta allá se fue a vivir para apoyar a los campesinos, a esta gente del campo de rostros rudos y manos callosas por el trabajo. La actividad política de Teresita era como agua bendita, un mensaje de esperanza a esos habitantes que por muchos años vivieron en al abandono, y que gracias a su labor en esta zona, se logró apuntalar el Movimiento Antorchista, y años después, se logró la conquista del poder político en favor de los más desprotegidos de este municipio, y que hoy, esta localidad poco a poco viene saliendo de su atraso, gracias al trabajo de continuidad de las administraciones municipales antorchistas.

Después se fue a otro municipio, quizá el más marginado y lleno de pobreza en la entidad: Guadalcazar. En esa demarcación por su trabajo y desempeño se ganó a pulso la dirigencia municipal antorchista, era sorprendente ver a una mujer menudita dirigir a miles de campesinos. ¿Cuál era el secreto de su exitoso trabajo y tener la simpatía de la gente? Su sencillez y abnegado y sacrificado trabajo. A mí nadie me lo contó. Hace algunos años, debido al destacado trabajo e influencia que tenía con miles de guadalcazarenses, ella participó en las elecciones a la presidencia municipal y me fui acompañarla en la contienda, la venía recorrer grandes distancias a pie para visitar todos los rincones de ese municipio, a veces se agotaba, descansaba un momento y seguía recorriendo caminos, veredas, cerros; solo se cubría con su sobrerito para protegerse de los inclementes rayos del sol en el desierto, pero nunca se le borraba su sonrisa.

Ante las dificultades del trabajo y las adversidades, en esos momentos nunca la vi doblegarse o renunciar a su actividad, siempre iba hacia adelante, aunque con pasos lentos pero firmes. Este es el legado que dejó Teresita, su valor y entereza. Nunca claudicó, ni su salud ya deteriorada en sus últimos días la hizo renunciar.

Gloria por siempre Teresita, seguirás viviendo en esas almas tiernas de los campesinos a quienes ayudaste y les llevaste alientos de esperanza de una vida más llena de justicia y bienestar. Y en las bonitas convivencias con tus amigos y en las jornadas de lucha con tus compañeros. Hasta siempre camarada.