Tratamiento de las bolas azules
Las bolas azules usualmente no duran mucho tiempo. Los síntomas se alivian de forma espontánea al eyacular o al cesar la excitación sexual.
Para disminuir la excitación se recomienda distraerse con una actividad que requiera mucha concentración (como lo es pensar en el trabajo).
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También ayudan la deambulación, realizar actividad física (desvía el flujo sanguíneo a los grandes músculos) o la exposición al frío (un baño de agua fría, por ejemplo).
La eyaculación puede ser mediante las relaciones sexuales o por masturbación. No es necesario que se produzca por coito.
¿Es necesario acudir al médico?
La hipertensión epididimaria no representa ningún riesgo para la fertilidad ni para la salud en general. Debería desaparecer una vez que pasa la excitación sexual o se produce el orgasmo.
Los síntomas pueden desaparecer desde poco después del momento de inicio o hasta 10 a 12 horas luego de que se produce la eyaculación. No se requiere acudir al médico.
Pero si el dolor no mejora en horas, es incapacitante, no está asociado a la excitación, es recurrente o impide el desempeño sexual, se debe acudir a un profesional, ya que puede ser indicativo de otros problemas.
Podrían sospecharse los siguientes trastornos:
- Epididimitis.
- Trauma testicular.
- Cálculos en la uretra.
- Cáncer testicular.
- Orquitis.
- Torsión testicular.
- Varicocele.
- Hernia inguinal.
El cáncer testicular se manifiesta por dolor sordo y persistente, acompañado de pesadez en los testículos y la presencia de bultos. Su pronóstico es bueno cuando se diagnostica de forma temprana, por lo que no se deben ignorar sus síntomas.
Por otro lado, hay una condición en la que por lo general los testículos sí se tornan azules y se trata de la torsión testicular, producto del giro del cordón espermático que suministra sangre a los testículos. Se presenta como una emergencia médica.
Una condición subestimada
Los términos bolas azules o hipertensión epididimaria no son usados con frecuencia en la práctica médica, debido a que sugieren una condición no patológica asociada a la excitación sexual. No se ha dedicado mucho tiempo a su estudio científico; en parte porque es una patología benigna.
Para ayudar con los síntomas o molestias se recomiendan las técnicas para disminuir la excitación sexual.
Aunque la masturbación puede resolverlo, no es descrita desde el punto de vista médico como un tratamiento en sí.