(Zimmer C; New York Times oct 19, 2022; Ledford H. Nature 2022; doi.org/10.1038/d41586-022-03298-z. Primera parte
Variantes genéticas protegen de la peste bubónica pero incrementan enfermedades autoinmunes.
Científicos londinenses extrajeron material genético de esqueletos de 3 cementerios de personas muertas por la plaga o peste en 1348, la que es casusada por Yersinia pestis cuyo vector son las pulgas.
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Rafael en 1512 o 1513 representó “La plaga” horror de la plaga bubónica que devastó Italia durante la Muerte Negra recurrente por 300 años.
La mutación de un gen CCR5 que está en el 10% de los europeos, brindó protección durante la epidemia. El Dr. Barreiro en Chicago y Ponar y su grupo, examinaron el DNA de personas de cementerios de Londres que vivieron hace siglos; en fragmentos de DNA de 318 esqueletos, incluyeron 42 víctimas de la Muerte Negra. Mostraron mutaciones genéticas posterior a la pandemia.
Los investigadores de McMaster encontraron DNA en 198 daneses que vivieron entre 850 y 1800, con dos versiones protectoras del gen denominado ERAP2 que permitió supervivencia en el 40% de los portadores. Este gen permite evadir bacterias y virus, el que pudiera ser consecuencia de adaptaciones. Pero el gen se asocia a enfermedad de Crohn, padecimiento autoinmune inflamatorio intestinal grave, a artritis reumatoide y lupus eritematoso generalizado.
La proteína de ERAP2 se elabora por macrófagos, principales células inmunes que depuran o fagocitan bacterias y que impiden la replicación de la Yersinia pestis.