Si nunca has odio del método karezza aquí te explicamos esta forma de explorar la sexualidad en otra forma distinta.
El método karezza es una técnica erótica en la que prevalece la sensualidad, que se centra en estimularse mutuamente con el objetivo de prolongar el placer sin necesidad de llegar al orgasmo.
En realidad, más que una nueva forma de mantener relaciones sexuales, se trata de ponerle nombre a algo recomendado por expertos en sexualidad desde hace mucho tiempo: que la pareja goce del encuentro sexual sin prisas, prolongando al máximo el placer, y sin sentirse presionados por alcanzar el orgasmo.
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El origen del término karezza procede de la palara italiana carezza, que significa caricia, algo que busca reflejar la base de esta experiencia sexual: el intercambio de sensaciones a través del tacto de la piel, la búsqueda de la complicidad, las caricias, los abrazos…
Todos esos gestos que nos estimulan de la otra persona, con el fin de disfrutar al máximo de esos momentos tan especiales de placer y estrechar también los vínculos afectivos y emocionales en la pareja.
Cómo practicar el método karezza
Ya sigamos este u otro de los cientos de métodos de estimulación sexual que existen, lo más importante es, por supuesto, dejarnos llevar por aquello que nos apetezca hacer juntos, siempre y cuando haya respeto mutuo y comprensión.
Tiempo: se trata de una técnica que requiere de tiempo y dedicación, y la pareja debería encontrarse en una situación cómoda y relajada, similar a la de la meditación.
Lentitud: Las caricias, los besos y los movimientos lentos, suaves y realizados con ternura, proporcionan placer sensorial e incrementan paulatinamente nuestros niveles de excitación.
I maginación: Utilizad vuestra imaginación para probar cosas nuevas y recorrer el cuerpo de vuestra pareja explorando sus zonas erógenas, sus reacciones, gestos y miradas.
Contacto físico: Permaneced abrazados, apoyad el oído sobre el pecho del otro para escuchar el ritmo de su respiración, los latidos de su corazón, el tacto de su piel…
En silencio: En estas ocasiones sobran las palabras. Es suficiente con mirarse a los ojos, sonreír, y demostrar vuestra satisfacción con vuestro cuerpo.
Este tipo de comunicación no verbal hace que sea más fácil concentrarse en las sensaciones y dejar la mente en blanco.