Queefing o pedos vaginales

La principal diferencia con las flatulencias es que los pedos vaginales no tienen ningún tipo de olor, simplemente se parecen en el sonido.

Los pedos vaginales o también conocido como queefing es lo que ocurre cuando se almacena aire en la cavidad vaginal, de forma que el sonido que hace al salir resulta parecido al de los gases.

Causas de los pedos vaginales

El queefing se produce cuando algo entra en la cavidad vaginal (como el pene, los dedos o un juguete) y esta hace una succión para adaptarse a lo que pasa por ella.

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En ese momento, la vagina tiende a abrirse más y entonces entra el aire que queda atrapado. Cuando lo que se ha introducido vuelve a salir, el aire sale al mismo tiempo y produce ese sonido.

Jackie Calleja, ginecólogo director del Centro Bmum, explica que “la vagina es un órgano en forma de tubo, dotado de fibras musculares que hacen que se contraiga y se relaje, e incluso que durante las relaciones sexuales aumente de longitud, debido a que se extienden los pliegues o rugosidades con las que cuenta”.

Y, aunque es algo natural, puede ser embarazoso en el momento de sexo, especialmente si no tenemos una relación de mucha intimidad.

Entonces, ¿se pueden evitar?

¿Cómo evitar los pedos vaginales?

La principal forma para evitar los pedos vaginales es elegir bien las posturas durante el sexo, ya que hay algunas (como la del perrito) que favorecen la entrada de aire en la vagina.

Cuando nos ocurre con mucha frecuencia, puede deberse a un desgaste o poco fortalecimiento del suelo pélvico, que debe ser ejercitado a lo largo de la vida.

Por tanto, si se realizan ejercicios para reforzar esta parte del cuerpo femenino, se puede evitar el queefing.

Fortalecer el suelo pélvico puede ayudar a evitar el queefing, pero no lo erradica

Para fortalecer el suelo pélvico se deben hacer ejercicios parecidos a los que se hacen para los músculos, pero en la zona de la vagina.

Algo muy común es hacerlos con bolas chinas, empezando con unas pequeñas y aumentando el tamaño a medida que se consiga más habilidad.

De esta forma, el suelo pélvico se ejercita y se fortalece.

Karymme Reyes, sexóloga de Platanomelón, explica que “otro ejercicio muy sencillo y que se puede hacer en cualquier momento es intentar parar la orina y luego soltarla cuando se está en el baño”.