El ícono pop provocó que se acercaran decenas de fans a los al redores de donde se celebra el festival.
El Festival de Cine de Venecia se llenó de emoción por el estreno de Don’t Worry Darling de Olivia Wilde, que tuvo su estreno mundial en el Lido.
Para las 8:00 am del lunes, decenas de fans de Harry Styles estaban acampando frente al teatro donde se realizó la premiere por la noche y la emoción estaba alta desde el momento en que llegó el astro pop cuya fama internacional y cantidad de seguidores hicieron parecer la manía por Timothée Chalamet que se vio el viernes como algo curioso.
Muchos ojos estuvieron en la conferencia de prensa de la película, con la esperanza de que los reportes sobre tensiones tras bambalinas con la estrella Florence Pugh se abordaran y aclararan. Antes de la premiere, Wilde dijo que no quería contribuir al “chisme interminable de los tabloides” y “el ruido”. “El internet se alimenta a sí mismo”, dijo Wilde. “No necesito contribuir, creo que está muy bien alimentado”.
El drama de detrás de cámara pocas veces se extiende más allá de rumores en la industria, pero la duda sobre lo que ocurrió exactamente al hacer “Don’t Worry Darling” se ha vuelto una intriga global.
La falta de claridad sobre todo, incluyendo la salida de Shia LaBeouf al comienzo de la producción y a la percepción de falta de apoyo de Pugh para el proyecto en sus redes sociales, se han cocido a fuego lento en TikTok y Twitter por un tiempo y se intensificaron por un reporte en la gaceta de Hollywood, Puck, en la que se citaban a varias fuentes anónimas del estudio y la producción.
