En su serie Chickens, Hens and Roosters, el fotógrafo Alex ten Napel toma espectaculares fotos de gallos y gallinas
El fotógrafo Alex ten Napel es conocido por sus hermosos retratos, pero no son necesariamente de humanos. Con su serie Chickens, Hens and Roosters (“Pollos, gallinas y gallos”), Ten Napel demuestra que nuestros amigos emplumados también pueden ser excelentes modelos. Los retratos, tomados sobre fondos de colores neutros (normalmente blanco o negro), muestran la elegancia y la belleza de estos animales con lujo de detalle.
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En 2014, Ten Napel se dio cuenta de que podía trasladar sus 25 años de experiencia tomando retratos a algo nuevo. Estaba sentado en el suelo desayunando durante sus vacaciones en Francia cuando una gallina se le acercó. Fue entonces cuando todo encajó.
“Como estábamos, en cierto modo, al mismo nivel, la vi desde una perspectiva diferente y me fijé en otros aspectos”, cuenta.
“Era sociable, divertida, conmovedora y curiosa. Era tan humana. Al mismo tiempo, buscaba un nuevo tema para fotografiar. Había hecho muchas series de retratos y tuve la idea de que tenía que cambiar de rumbo. Entonces, ¿por qué no retratar gallos y gallinas?”.
Ten Napel se lanzó al proyecto con entusiasmo, aprendiendo todo lo que podía sobre sus nuevos sujetos. Esto lo llevó a hacer largas visitas al Museo Avícola de Barneveld, donde pudo pasearse por sus gallineros y ver cuadros del siglo XVII de aves de corral de grandes pintores holandeses. Tras observar detenidamente a los gallos y a las gallinas, supo que había encontrado algo especial.
“Vi obras de arte andantes”, recuerda Ten Napel. “Están vestidas con hermosas plumas de una gran variedad de colores y diseños. Caminan con gracia como modelos en una pasarela, bailan delicadamente como bailarinas de ballet y se mueven acrobáticamente como gimnastas. Contemplarlas era todo un espectáculo”.
Cuando se sintió preparado, creó un estudio fotográfico móvil en el granero de un criador con el que había estado en contacto y se puso a trabajar. Lo que ocurrió a continuación fue mágico. La espontaneidad de trabajar con animales vivos era algo nuevo para el fotógrafo, y la chispa creativa que encendió fue palpable. Le encantó que estos animales, a diferencia de los humanos, no trataran de ocultar nada ante la cámara. Simplemente son ellos mismos en todo momento, para bien o para mal.
El aprecio y el respeto de Ten Napel por los pollos, las gallinas y los gallos se reflejan en su obra. Ya sea que se pavoneen por la escena o se arranquen las plumas, el fotógrafo lo capta todo. El nivel de confianza que desarrolla con las aves también es evidente en sus poses. Aunque tener paciencia no siempre es fácil, Ten Napel se toma su tiempo para crear un vínculo con las aves, algo que no hace más que mejorar sus retratos.
Ten Napel espera que los demás vean el encanto y la personalidad de estos animales y, de alguna manera, los aprecien más. Como señala, no todos estos pollos tienen una vida maravillosa, por lo que su deseo es que reciban el amor y la atención que merecen.