(Selby P & Zawertailo L. N Engl J Med 2022; 387: 345-54) Primera parte
La adicción al tabaco se considera desorden crónico, tratable y de uso compulsivo. Más de 47 millones de personas en los EEUUA fuman y más de 480,000 muertes se relacionan anualmente a los efectos del tabaco; 16 millones mueren de enfermedad relacionada al fumar. La adicción se asocia a nivel económico y educacional menor, individuos separados, divorciados o viudos, con ansiedad o depresión, así como en aquellos con enfermedad mental (fuman 3 o 4 veces más).
La adicción se relaciona a nicotina y depende del metabolismo hepático, los beta carbolinos son componentes del tabaco que actúan como inhibidores potentes de monoamino-oxidasa, lo que aumenta niveles de dopamina, norepinefrina y serotonina cerebrales. Los hidrocarbonos aromáticos policíclicos, inducen enzimas citocromo P450, lo que permite a interacciones medicamentosas clínicamente significativas. El tabaco también tiene 7,000 químicos aproximadamente, de los cuales, 60 a 70 son carcinógenos.
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La edad de inicio para fumar, cantidad y cese, se asocian a 566 variantes genéticas en 406 locus. Los factores ambientales son diversos e incluyen a experiencias adversas en la infancia, con riesgo de dos veces más fumadores en la vida adulta.
El dejar de fumar antes de los 40 años, reduce riesgo de morir de problemas relacionados al tabaco en aproximadamente 90%: el suspender el tabaco de manera permanente es difícil, la recaída es mayor de 10% antes del año de abstinencia. Los incentivos son importantes para que las personas dejen de fumar, particularmente el de aspecto económico. La vareniclina y los parches de nicotina se consideran de lo más eficaz para dejar de fumar.
Los problemas derivados del tabaquismo incluyen osteoporosis, deterioro cognitivo, enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, osteoporosis, además de todos asociación con problemas pulmonares y todos los cánceres.