Raúl Ramírez, Yolanda Ramírez y Rafael Osuna se convirtieron en la primera generación de jugadores inducidos al Salón de la Fama del Tenis Mexicano.
Mediante una ceremonia Rafael Osuna del Mar, presidente del nuevo recinto de los inmortales, se mostró entusiasmado por darle al deporte blanco de nuestro país un lugar donde el pasado, presente y futuro, se puedan fusionar.
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Los miembros serán elegidos con base en los criterios de elegibilidad a su curriculum deportivo, al mismo tiempo de que serán elegidos bajo las siguientes categorías.
Jugador, entrenador, directivo, periodista, promotor y árbitro.
Por lo pronto los primeros tres inmortales son pilares del tenis mexicano.
“Me vienen recuerdos puros recuerdos maravillosos de lo magnífico que era jugar y de competir contra jugadoras que creían que me iban a ganar y que les ganaba”, comentó entre risas Doña Yolanda.
Por otro lado la finalista en dos ocasiones de Roland Garros y ganadora del mismo torneo en dobles femenil en 1958, consideró que el tenis femenil en México está un poco atrasado.
“Creo que deben de entrenar más y competir más. Salir y competir contra jugadoras que tienen otro nivel para que ellas logren estar al mismo nivel”, consideró, al mismo tiempo de decir que una de las que más admira en estos momentos en Fernanda Contreras.
Raúl Ramírez fue finalista en par de ocasiones en París y Estados Unidos. Su mejor rankin lo logró en 1976 al ocupar el cuarto escalafón mundial.
El ‘Pelón’ Osuna por su parte fue campeón del US Open en 1963 en singles. En dobles se coronó en Wimbledon en 1960 y 1963 y en el US Open de 1962.
En el mismo 1963 alcanzó por un momento la cima del ranking del tenis mundial.