En la mitología azteca se creía que los xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos por lo que eran sacrificados y enterrados junto a los muertos para guiarlos en su viaje a Mictlán, el inframundo.
El perro xoloitzcuintle, raza cien por ciento mexicana, también ha puesto en alto el nombre de nuestro país.
El xolo, como comúnmente se conoce a esta raza canina prácticamente sin pelo, se relaciona con la cultura mexica. Su popularidad es escasa debido en parte por su falta de pelaje, que es poco agradable para algunas personas, sin embargo, para los criadores de xolos, cada ejemplar es muy preciado y valioso, aun más si tiene pedigree, lo que lo lleva a cotizarse hasta en aproximadamente dos mil dólares; a ello, hay que agregar su valor histórico, cultural y biológico, así como a su relativa escasez en comparación con otras razas.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
Una raza cien por ciento pura debe contar con un micro chip, pedigree y tatuaje en la ingle, compuesto por cuatro números y una letra, sistema de identificación que otorga la Federación Canófila Mexicana.
Los xolos tienen características peculiares que los diferencia de otras razas, como nacer sin pelo, aunque a veces pueden presentar mechones en la cabeza, patas y punta de la cola.
Además de que no se les desarrolla completa la mandíbula, lo que provoca que carezcan de premolares; su color va de negro azabache, grisáceo, caférojizo y moteado.
La falta de desarrollo de sus glándulas sebáceas y sudoríparas provoca que su piel sea diferente a la de otros perros.
En los años 50, el pintor mexicano Diego Rivera regaló una pareja de perros a Dolores Olmedo, normalista y empresaria que en 1965 fue designada presidenta vitalicia del Fideicomiso de Diego Rivera constituido por Banco de México.
Rivera y su compañera Frida Kahlo eran adeptos a la raza de perros, porque era un icono cultural, lo cual se ve manifestado en las pintura del muralista.
Como gesto de agradecimiento, Dolores Olmedo decide criar la raza para su preservación.
Debido a que estos perros carecen de pelaje son propensos a tener heridas superficiales en la piel o alergias y quemaduras por los rayos del sol, por lo que los días con calor extremo les aplican crema humectante con protección solar para evitar daños en su epidermis.
Cada uno de ellos come diariamente kilo y medio de croquetas, más una lata de alrededor de 300 miligramos de comida con vitaminas para proteger su piel.
Debido a su carencia de pelaje, en época de frío o de lluvias se deben resguardar para proteger su piel.
Leyenda
En la mitología azteca se creía que los xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos por lo que eran sacrificados y enterrados junto a los muertos para guiarlos en su viaje a Mictlán, el inframundo.
Algunas culturas precolombinas lo adoptaron y otras preferían consumir su carne. A mediados del siglo XX resurgió su popularidad en México y llegó a ser admitido entre las federaciones caninas.
El xoloitzcuintle estuvo al borde de la extinción durante la colonización europea, por un lado, debido a que los conquistadores hallaron en él una fuente de alimento inmejorable para sus expediciones y, por otro, porque se buscaba eliminar las tradiciones religiosas relacionadas con este hermoso ejemplar. En julio de 2020 ingresó, junto con el pointer, a la lista de razas de perros en peligro de extinción.
En resumen, el xoloitzcuintle o xoloitzcuintli es una raza canina prácticamente sin pelo con promedio de vida entre 12-14 años. Es originario de México; es presentado en tamaño toy, estándar y mediano.
Se le conoce por su endemismo en ese país y su estrecha relación con la cultura mexica. Existe otra variedad con pelo.