Diferencias entre placer femenino y masculino

La principal diferencia que existen entre el placer femenino y masculino, que se refleja en la mayoría de las parejas, es el tiempo que tardan en alcanzar el punto cumbre de excitación, es decir el orgasmo.

Y es que de acuerdo con el ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson, 75% de los hombres alcanza el orgasmo después de dos minutos o menos de la estimulación, mientras que ellas necesitan aproximadamente 20.

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Sensaciones diferentes

Desde una perspectiva física es sencillo reconocer cuando un hombre ha alcanzado el máximo placer a diferencia de las mujeres.

En ellos se hace evidente mediante la eyaculación, aunque no siempre ocurre al mismo tiempo que el orgasmo, ésta puede demorar unos minutos.

En las mujeres es difícil determinar el momento exacto que llegan al clímax, aunque las sensaciones de placer invaden todo el cuerpo, hay quienes aún no han aprendido a identificarlas. Y la mayoría no presentan una señal física, como la expulsión de líquido o algo similar.

Otra de las grandes diferencias del placer femenino y masculino es la frecuencia con que se presenta el orgasmo. Una investigación de la Universidad de Chicago revela que 75% de los hombres sí alcanza el clímax en su vida sexual, mientras que solo 50% de las mujeres lo logra.

Sin embargo, el placer les dura menos a ellos. El clímax masculino dura aproximadamente entre tres y ocho segundos, y el femenino alrededor de 13 a 51 segundos. Además de que es más sencillo para ellas tener orgasmos múltiples en un periodo corto de tiempo.

Para alcanzar el máximo placer existe una diferencia sustancial en los hombres y las mujeres: los sentimientos, los problemas psicológicos y emocionales son capaces de inhibir por completo la satisfacción sexual femenina, cosa que no sucede con los hombres.

Cerebro influyente

Por su parte, en un artículo de la Universidad de Granada apunta que la respuesta sexual femenina es impulsada desde la parte derecha del hipotálamo, mientras que en los hombres surge del lado izquierdo.

Lo que marca una diferencia en las señales de placer.