Dicen que el conocimiento es poder; descubrir tu cuerpo y sus emociones te ayudará a empoderarte. Y sí, el objetivo en toda relación sexual es culminar con el orgasmo. ¡Bendito orgasmo!
Pero, no hay una sola forma de llegar al clímax, existen varios tipos; y si en verdad quieres conseguir poder orgásmico, tienes que conocerlos todos.
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Orgasmo clitoridiano
Es la forma más fácil de “llegar”. Se produce porque el clítoris, cuando se excita, crece en tamaño y sale de su capucha, lo que lo vuelve muy sensible a los estímulos.
La mayoría logra su objetivo a través de la masturbación, pero esto no quiere decir que no puedas llegar a él a través del coito.
La clave está en el roce, así que busca posturas que te lo permitan. Por ejemplo, la vaquera, en su versión normal tú arriba de él, o inversa dándole la espalda.
Orgasmo de pezón
Muchas no saben, pero es posible obtener un orgasmo con solo el estímulo de los pezones. Seguramente has notado que con el cambio de temperatura se ponen “duritos”; pues bien, esta es una excelente forma de “provocarlos”.
Dile a tu pareja que roce un hielito alrededor de ellos para que queden paraditos. Él puede chuparlos o juguetear con ellos hasta el final. Si eres más “open mind”, existen succionadores de pezones que se venden en las sex shops.
Orgasmo de la uretra
Debido a la cercanía de la uretra con el clítoris puede confundirse, pero es diferente. Es menos prolongado, pero más intenso. La manera más efectiva de llegar a él es a través del sexo oral.
El hombre tiene que abrir los labios vaginales y estimular la zona uretral (por donde sale la orina). Durante la penetración al igual que el clitoridiano, se logra a través de rozar con el pene. Para ello, nuevamente ella arriba (vaquera normal) es lo mejor, pero en este caso inclina el cuerpo hacia tu hombre para que el ángulo facilite que él llegue a esa zona.
Orgasmo del punto K
El punto K fue descubierto y bautizado por la sexóloga Barbara Keesling y no es más que la unión de la vagina con el útero.
Muchos dicen que no es más que una ramificación del clítoris, pero lo cierto es que también provoca sensaciones. La postura que conviene en este caso es: Acostada, levantas la cadera, manteniendo la espalda en la cama.
Él presiona con un dedo la pélvis (por fuera), al tiempo que introduce un dedo de la otra mano y con este último ejerce presión (hacia arriba), como si quisiera juntar ambos dedos de las dos manos.