Rafael Nadal avanzó con solidez a cuartos tras liquidar a Van De Zandschulp en Wimbledon

Rafael Nadal mostró este lunes su cara más sólida para batir sin casi fisuras al holandés Botic van de Zandschulp y meterse por octava vez en su carrera en los Octavos de Final de Wimbledon.

Solo en los últimos juegos del tercer y definitivo set dejó Nadal alguna duda, tras despachar una actuación más que convincente para eliminar a un rival que hasta el pasado septiembre si siquiera campeaba entre los cien primeros de la ATP.

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Con la premisa, de atacar cuando huele la sangre, logró el manacorí hacerse con la primera manga. Todos sus rivales le han visto hacerlo en contables ocasiones a lo largo de su carrera, pero ni por esas.

Un primer set que cocinó a fuego lento y en el que sus mayores esfuerzos se fueron en conservar su saque hasta que, con 5-4 en el marcador, percibió la debilidad del rival al servicio y le atacó hasta quebrarle. 6-4, y el Everest que emergía frente a Van de Zandschulp.

No concedió Nadal la primera bola de rotura hasta el primer juego del segundo set. De poco le sirvió eso al 21 cabeza de serie, quien tuvo que presenciar impotente cómo el manacorense abría el tarro de las esencias.

La segunda manga dejó algunos de los mejores golpes del español en esta edición, con el mérito añadido de los tres años que llevaba sin competir sobre hierba.

Un pasante de revés logrado con un giro de muñeca imposible levantó al público de la Central y fue celebrado por Rafa con rabia. Con esa nueva rotura, el segundo set ya estaba en el bolsillo.