La leyenda del teatro británico Peter Brook, uno de los directores más influyentes del siglo XX que perfiló los derroteros del teatro contemporáneo, falleció el sábado a los 97 años, informó este domingo una fuente de su entorno.
El maestro de teatro británico, que pasó gran parte de su carrera en Francia al mando del teatro parisino Les Bouffes du Nord, reinventó el arte de la dirección favoreciendo las formas sobrias frente a los decorados tradicionales.
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En 2019, Brook fue galardonado en España con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, por su estatus de “maestro de generaciones” y por ser “uno de los grandes renovadores de las artes escénicas, con montajes de alto compromiso estético y social”.
Brook alcanzó un estatus de leyenda en el teatro, a la altura de creadores como el ruso Konstantin Stanislavsky, y continuó en las tablas pasados los 90 años y pese a los problemas de visión que padeció en sus últimos años.
Su pieza más conocida es El Mahabharata, epopeya de nueve horas de la mitología hindú, creada en 1985 y adaptada al cine en 1989.
Nacido en Londres el 21 de marzo de 1925, en el seno de una familia de científicos judíos que inmigraron al Reino Unido desde Letonia, comenzó su carrera con apenas veinte años, mostrando un talento precoz.
Antes de cumplir 30 años ya estaba dirigiendo éxitos en Broadway.
Según sus palabras, heredó su pasión por la experimentación de sus padres y por esa vía “agotó las posibilidades del teatro convencional”, evolucionando para crear versiones radicales y a veces sangrientas de obras clásicas.
Este deseo de innovar lo llevó a instalarse en París a partir de la década de 1970 y durante su trayectoria además del teatro incursionó en la ópera, el cine y la crítica teatral.
Su primera película fue la adaptación al cine de la novela de William Golding El señor de las moscas en 1963.
“Nuevos horizontes a la dramaturgia”
Durante su carrera llegó a encabezar importantes instituciones comolas británicas Royal Opera House de Covent Garden y Royal Shakespeare Theatre, o las francesas Les Bouffes du Nord y el Centro Internacional de Creaciones Teatrales (CICT).
En el teatro dirigió a actores como el británico Laurence Olivier y el estadounidense Orson Welles y la actriz francesa Jeanne Moreau.
Su máxima fue la búsqueda de la autenticidad y durante su carrera viajó a África, Irán y Estados Unidos, entre otros lugares para desarrollar sus trabajos experimentales sobre el “descondicionamiento” del actor y su relación con el espectador.
A los 92 años, escribió y protagonizó la creación El prisionero, que plasma la historia real de su viaje espiritual a Afganistán, justo antes de la invasión soviética para filmar la película Encuentros con hombres notables en 1978.
Al concederle el Premio Princesa de Asturias de las Artes, el jurado escribió que Brook “abrió nuevos horizontes a la dramaturgia contemporánea, al contribuir de manera decisiva al intercambio de conocimientos entre culturas tan distintas como las de Europa, África y Asia”.
La ministra francesa de Cultura, Rima Abdul Malak, lo homenajeó tras su muerte en Twitter afirmando que en su trayectoria “purificó la escena hasta su intensidad más viva”.
Peter Brook nos regaló algunos de los silencios más bellos del teatro, pero este último silencio es de una tristeza infinita”, afirmó.