Mudarte con tu pareja es un paso emocionante, una nueva aventura, pero también una responsabilidad… y, sin duda, entre más joven, las dudas aumentan.
Descubre cómo saber si es momento de mudarte con tu pareja si estás en tus 20s o 30s.
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Sin duda, existen etapas de una relación que alborotan las mariposas. La primera es el enamoramiento, pero también están los primeros viajes juntos, los planes a futuro y, entre estos, la decisión de vivir juntos… con o sin matrimonio de por medio.
Y es que, compartir un espacio con otra persona, puede ser divertido, pero no siempre es miel sobre hojuelas. Por esa razón, solemos detenernos a pensar si realmente será buena idea. Para que se convierta en una aventura y no el fin de tu relación, existen algunos consejos que puedes seguir.
¿Cómo saber si es momento de mudarte con tu pareja?
Mudarte con tu pareja es un paso importante, pero tampoco debe ser un peso que cargues sobre tus hombros. Decidirlo en tus veintes o inicio de tus treintas, puede traer consigo dudas.
Algo que debes tener en cuenta, es que cada pareja es diferente. No existe un momento correcto para mudarse juntos, lo único importante es tener claro por qué lo hacen y estar en el mismo canal.
Asimismo, expertos en salud mental como los del sitio especializado PsychCentral, comparten algunas señales de que es un buen momento para esta decisión.
- Están en el mismo canal sobre temas como finanzas, organización y limpieza del hogar, horarios, comunicación, futuro, espacio para sí mismos.
- Se encuentran comprometidos el uno con el otro. Vivir con tu pareja no es lo mismo que vivir con roomies, debe existir un compromiso y visión a futuro de lo que quieren alcanzar como pareja.
- Están acostumbrados a compartir espacio, es decir, pasan acostumbran dormir juntos varias noches a la semana.
- Logran superar con éxito los desacuerdos y dificultades de la relación, incluso los que tienen que ver con el entorno familiar de cada uno. Las discusiones son naturales, la clave es hacerlo de forma saludable y mantener la comunicación.
- Tienen metas en común, pero también personales y están dispuestos a luchar por ambas. Vivir juntos no debe significar sacrificar tu autonomía y tus metas personales, sino ser un equipo y trabajar juntos.
- Tienen claro el tema de finanzas, es decir, han hablado sobre cómo se dividirán los gastos y cómo manejarán los temas económicos y de ahorro. Aquí también entra el conocer las deudas de cada uno y cómo las enfrentarán.
- Conocen los hábitos y “manías” de cada uno, pero, sobre todo, están dispuestos a dividir las tareas del hogar y platicar sobre aquello que les molesta del otro.
- Se respetan y se sienten respetados. Una cosa es llevarse bien y otra, que existan faltas de respeto en su relación. Si las bromas se tornan hirientes o los comentarios “inocentes”, no lo son y te afectan, vivir juntos, e incluso continuar la relación, puede no ser lo mejor para ti.
- Saben establecer límites sobre los tiempos de trabajo, pareja, espacios personales, incluso si su mascota dormirá o no con ustedes.
- Se sienten libres de ser ustedes mismos y no deben fingir para agradar al otro.
Pero sin duda, uno de los puntos más importantes, es que la emoción y alegría, sean más grandes que los nervios.
Si pensar en mudarte te da ansiedad, estrés, te causa problemas para dormir o sientes que solo lo haces porque “es lo correcto”, es mejor dar un paso atrás.