El cáncer es la segunda causa de muerte y la primera por enfermedad en niños de 5 a 14 años de edad
Las asociaciones civiles especializadas contabilizan que han fallecido al menos mil 700 niños por los recortes al gasto en tratamientos y el desabasto de medicamentos.
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No es un golpe de Estado, es una exigencia social. No es exageración, es desesperación. Tampoco es una estrategia de los conservadores.
Aquí aplica la máxima: con los niños no.
El cáncer es la segunda causa de muerte y la primera por enfermedad en niños de 5 a 14 años de edad; cada año mueren unos 2 mil infantes por esto, de acuerdo con el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia (Censia).
Hoy son más de 20 mil niños los que padecen cáncer en nuestro país y los que durante los últimos dos años han padecido por la falta de medicamentos y de continuidad en sus tratamientos, pero no son sólo ellos.
En la misma situación están miles de personas que padecen cáncer, diabetes, hipertensión, lupus y otras condiciones, por lo que esta situación está afectando a una gran parte de los mexicanos, sobre todo a los más necesitados.
El problema del desabasto de medicinas inició en la transición, a finales de 2018, a consecuencia de que en la 4T se decidió que todas las compras del gobierno las realizarían en la Oficialía Mayor de Hacienda, cargo que desempeñaba la ahora mano de hierro del SAT, Raquel Buenrostro.
Antes, vale la pena recordar, el IMSS, un organismo con experiencia y conocimiento en la materia, era el encargado de comprar los medicamentos, y lo hacía no sólo para sus hospitales y clínicas, sino también para el ISSSTE, Pemex, las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, y los 23 hospitales e institutos nacionales de la Secretaría de Salud federal, sino también para los estados que decidían unirse a esta compra consolidada.
Y aquí, esta parte es medular en la tragedia que enfrentamos:
Las medicinas, vacunas, materiales para curación, etcétera, se compraban un año antes para asegurar el abastecimiento. Así como lo está leyendo, un año antes.
Sin embargo, desde que Raquel Buenrostro llegó a ser oficial mayor en Hacienda se propuso, y vaya que lo logró, desmantelar la cadena de abastecimiento de medicamentos sin concretar el sistema que la reemplazaría, de forma precipitada y con un enfoque erróneo de austeridad, comenzando los problemas de desabasto de medicamentos de manera inmediata.
A principios de 2019, Buenrostro anunció que se realizaría una compra consolidada de medicamentos para el segundo semestre de ese año (antirretrovirales, vacunas y medicamentos genéricos); esta primera licitación resultó ser un fracaso pues se declararon desiertas mil 923 claves (62% de la licitación).
En el caso de los medicamentos oncológicos, la funcionaria se comprometió a su compra para noviembre de 2019, pero fue hasta el 20 de marzo de 2020 que Buenrostro ya había dejado el puesto (renunció en diciembre de 2019 para hacerse cargo del SAT) cuando por fin se hizo la primera adjudicación directa, a la que siguieron dos compras más, los días 21 y 28 de abril; esto quiere decir que el gobierno federal y la Secretaría de Salud sabían, al término de 2019, que no se tendrían los medicamentos necesarios para principios de 2020.
En el escaso año que Buenrostro estuvo en la Oficialía Mayor de Hacienda desmanteló el sistema de compra y distribución de medicamentos y dejó en su lugar un cuello de botella que, con el pretexto de acabar con la corrupción, ha generado caos y falta de transparencia, pero sobre todo una negligencia que ha resultado en la muerte y enfermedad de miles de mexicanos.
Padres de niños con cáncer se manifestaron afuera del AICM para exigir la entrega de medicamentos oncológicos.
El gobierno federal ha acusado que la demanda de medicamentos oncológicos no es más que una campaña mediática en su contra, se dijo en una mañanera que el interés por los medicamentos oncológicos es válido, pero exagerado.
Acto seguido, la organización Nariz Roja no bajó al gobierno federal de mentiroso y criminal. “Somos exagerados por pelear por el derecho a la salud. Lo somos”, contestó.
El atreverse a decir que (las medicinas) se compraron más baratas, sin corrupción y con ahorro nos parece perverso y cruel, pues desde hace más de dos años que tienen control total de esto, la situación es más grave día a día y la verdad es que no hay quimios. El sistema de salud gratuito, universal y de calidad con tintes europeos quedó en promesas de campaña.
El 30 de junio pasado, la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) difundió: “Es reprobable, en todos los sentidos, la reiterada postura del gobierno federal en minimizar esta problemática, asegurando que está resuelta con las compras en el extranjero, cuando la realidad en los hospitales es otra.
En todo caso, ha justificado esas irregularidades (desabasto y retraso) como parte de los efectos del desmantelamiento de la complicidad entre autoridades pasadas y empresas; esto es inadmisible e irresponsable a falta de denuncias penales de por medio y a la luz del incumplimiento de su obligación por atender a los pacientes”.
Es que todas estas muertes se podrían haber evitado si Buenrostro hubiera reconocido su ignorancia en el tema y hubiera corregido el modelo que instaló; ahora le tocará a la Secretaría de la Función Pública enmendar este camino y, mientras tanto, miles de mexicanos, especialmente niños, seguirán esperando.