Reflexiones Buena Nueva

Reflexiones

El Quinto Domingo de Pascua, al igual que el domingo anterior, la liturgia propone un breve texto, el cual al leer con atención podemos sacar mucho fruto. Lo que dice Jesús, te lo está diciendo a ti:

Evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35
Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos’’.

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Reflexión:
Lo que leemos acontece, justo durante la Última Cena, después de que Jesús les lavó los pies a sus discípulos.

• Primero, tenemos que entender claramente lo que significa glorificar, dar gloria, cuando Jesús dice “Ahora ha sido glorificado el Hijo…”. El significado de glorificar es, dar su lugar y honor a quien lo merece.

Jesús glorifica al Padre, con su testimonio fraterno de servicio, hace presente al Padre, con su servicio y la vida entregada “haciendo el bien” (cfr Hechos 10,39). También nosotros estamos llamados a hacerlo presente en nuestra forma de vivir.

• Segundo, Jesús nos da la guía para poder glorificar al Hijo y al Padre: “que se amen los unos a los otros, como yo los he amado”. Tenemos que distinguir de que tipo de amor habla Jesús (según el significado etimológico, cultural). Él habla del amor ágape: hacer el bien, acoger, regalar lo mejor que se tiene y puede, ofrecer amistad, ayudar a vivir.

El amor ágape no tiene interés personal, solo el servir, el hacer bien a quién lo necesita…
Hay otros amores, el filial (cariño y afecto entre cercanos, sean familiares o amigos) y el eros (inclinación placentera, apasionada o sencillamente el deseo orientado hacia quien produce en nosotros goce y satisfacción).

Jesús nos invita a hacer presente a Dios en nuestra vida (darle gloria), a través de ofrecer, de lo que tenemos y podemos, en servicio (para bien) de quien lo necesita. Esto es amor ágape, todos podemos ofrecerlo y recibirlo. Al hacerlo vida, nos reconocerán como sus discípulos.

¿Cómo puedo hacer presente a Dios, en mi vida, con mi servicio a los demás?… ¿Quién a mi alrededor está en necesidad?… ¿Qué puedo ofrecerles, como Jesús lo haría?…

BuenDomingo #OremosPorLaPAZ

Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org

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