¿Machismo en las cavernas?

Las relaciones de género al interior de una cultura, se remonta tiempo atrás.
Ileana Filio

En las sociedades que basaban su economía en la caza, se produjo por primera vez la división de las tareas entre hombres y mujeres.

Los hombres tenían la misión de encontrar el alimento para el hogar, este alimento por lo general consistía en feroces animales que debían cazarse en grupos, y a la mujer le correspondía el cuidado de la progenie y el hogar.

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El motivo, más que un impedimento en el plano de las habilidades, y comentando que las mujeres también cazaban junto con los hombres, la división se dio más por cuestiones de razón social del trabajo, esto por el establecimiento o asentamiento humano, tenía que ver más por diferencia anatómicas que hacían de la mujer una mejor cuidadora de sus pequeños, principalmente por la posibilidad de amamantarlos.

Posteriormente, comienza a ser atribuido al trabajo masculino, una preponderancia excesiva en desmedro de las actividades de las mujeres, quienes son vistas en un papel más pasivo y que no guarda relación cercana al modelo icónico religioso del imaginario colectivo de los hombres de aquella época (los dioses, poderosos guerreros debían ser a imagen y semejanza).

Entonces es en este primer momento en que comienzan a instaurarse pautas diferenciadas, donde se establece la jerarquía la cual una expresión cultural que se ha perpetuado bajo la forma de un «Patriarcado».

Como podemos entonces ver el factor de origen era un establecimiento de “roles” en función de fortalezas o habilidades que ellos observaron en la época de las cavernas; Y de allí esta imagen colectiva fue “evolucionando” a una cuestión de jerarquía de poder con la etiqueta de patriarcado.

Luego entonces podemos comprender que cada familia tiene su propia cultura, que a su vez depende del barrio, la comunidad, del estado, del país.

En las culturas machistas como la mexicana, yo me pregunto después de este antecedente de la imagen colectiva de establecimiento de “roles cavernícolas” ¿Qué tanto esto sigue taladrando a estos hombres que, aunque “civilizados” muy en su interior siguen con conductas de cavernícolas machistas? Si ponemos atención, podemos observar que al momento de que una mujer destaque el varón se sienta inseguro y que esa inseguridad lo haga actuar de manera “sutil” (aunque machista) con conductas de bloqueo, de limitación y se convierta en el observador tirano, en donde este observador estará pendiente de cualquier error que pueda ayudarle a evidenciar su superioridad ante esa mujer.

¿Lo han pensado? Me pregunto: ¿Qué tanto las conductas machistas visibles estén disminuyendo en estos hombres?, pero las conductas del verdadero sentimiento de superioridad de “yo soy mejor que tú”, “soy el macho y te domino”; Ese sentimiento profundo, ¿realmente también está fuera de los hombres “educados”, “civilizados” y “reformados”?
Yo creo que no.

En gran parte los celos masculinos impuestos por la sociedad machista son más profundos que el hecho de decir no al machismo o el de prohibir o el de “asumir” una conducta no machista.

En la cultura machista lo “normal” es someter a la mujer, si no los hombres consideran que su identidad se ve amenazada. La palabra “igualdad” es taladro para sus oídos.

Entonces ¿cómo erradicar este machismo tan arcaico como podemos darnos cuenta? Pues considero que el de las generaciones pasadas, los hombres de 40, 50 y más, posiblemente se adecuen a no ser violentos en público, y hacer estrategias ya conocidas por todos, como la económica, psicológica, para seguir imponiendo su dominio, o estas conductas “sutiles” en el ámbito laboral de cambio de oficina, departamento o de adscripción, Pero en realidad no cambian de raíz.

Quiero hacer la aclaración de que a los hombres que me refiero son aquellos que se “adecuan” a las nuevas reglas de conducta para con la mujer, los que no están de fondo convencidos de la importancia de la no violencia hacia las mujeres, esos que dicen no ser macho o violentos, pero que a la primera provocación gritan en la calle, le pegan al perro que se atraviesa en su camino, tocan el claxon o los que salen muy valientes a la defensa de “su mujer” como el caso de Will Smith que vimos recientemente.

A los hombres que de fondo sufren y quieren cambiar que van a terapia de forma voluntaria, a esos sí les creo, esos hombres que llorando gritan: doctora ¡ya no quiero ser así, ayúdeme! esos como todo ser humano que de fondo quiere cambiar a esos se les arranca la raíz el motivo que ocasiono un dolor tan profundo como para ocasionar violencia a las personas que más quiere en consulta, a esos hombres y sí hay solución.

Es importante con profesionales de la salud mental sensibilizar, apoyar con conductas de equidad, igualdad, de solidaridad, de respeto, a las nuevas generaciones, pero allí el factor mujer es fundamental Si, mujer y no lo comento como una situación feminista, sino de estrategia… es de vital importancia ya que vivimos en un país donde quien es proveedora a tutora de los hijos (as) es una mujer y debemos nosotras mismas dejar conductas machistas que trasmitimos a nuestros hijos varones.

Vivimos en un país, donde la mujer domina en la situación económica, donde la mujer es el sostén del hogar, vivimos en un país donde cada vez más hay mujeres solas, no importa cómo o por que estén solas, lo importante aquí es que ellas son las que están llevando la educación de esos niños o niñas.

Las mujeres debemos también reconocer guardamos un chip de conductas machistas, ¿que creían que nada más los hombres? Pues no, nosotras también somos contribuyentes a la cultura machista.

Es por eso que debemos detectar estas conductas con nuestros propios hijos e hijas, y empezar desde los roles, la ropa, los juguetes… ¿que importante verdad?

Ahora sabemos que los roles de género son construcciones culturales acerca de las pautas que las personas deben explicitar como miembros de una cultura determinada según sea su sexo, «cuando hablamos de género nos referimos a las características de la mujer o del hombre que son determinadas socialmente, estas características o roles que se les asigna a cada género, son un conjunto de reglas y normas, aprendidas, reforzadas y sancionadas dentro de la sociedad, de la cual el hombre y la mujer forman parte”. Dejemos de socializar en la sociedad estos roles cavernícolas, arcaicos y completamente destructores para una humanidad sana.

Hoy en día el machismo es un lenguaje, una concepción tan arraigada en nuestra psique que cuesta descubrir el velo que envuelve sus mecanismos, el machismo está presente en todos los aspectos de nuestra interacción tanto de hombres con mujeres, hombres con hombres, mujeres con mujeres.

Seguimos haciendo divisiones, feminismo, machismo, ¿que no es mejor ver a los seres humanos como eso, ser humano hombre, ser humano mujer. Y que el enfoque sea así. El humanismo.?