(Blum D, New York Times; abril 26, 2022) Segunda parte
La gente posterga el tratamiento en parte a que la evasión es una característica del SEPT, señaló Vaile Wright, directora sénior de innovación en la atención médica de la Asociación Estadounidense de Psicología. Esta enfermedad programa a las personas para que descarten los recuerdos del trauma y reduzcan su vida cada vez más a fin de obstruir cualquier indicio de lo ocurrido.
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En el caso de Michelle DiMuria, de 39 años, el ruido de la lluvia contra la ventana puede desencadenar un episodio. Cuando la violaron en 2015, estaba lloviendo y el clima la lleva a pensar en el ataque. Durante el ataque, se le fracturó la columna vertebral y ahora trata de no mirar en el espejo las cicatrices de la operación esparcidas por toda su piel. DiMuria fundó una organización en defensa de la salud mental.
Wright aseveró que las variaciones emocionales son típicas de las personas con este trastorno. “Sienten que se están volviendo locas”; en realidad es una respuesta muy normal hacia una situación anormal”.
Algunos los médicos están específicamente formados para preguntar sobre el trauma. Triggered (gatillado o desencadenado), hace alusión a los detalles que pueden activar un recuerdo o reacción adversa; “trauma” es tendencia en las redes sociales. John Tully, profesor clínico asociado de psiquiatría forense en la Universidad de Nottingham, Inglaterra, menciona que el trastorno se deriva de un trauma grave, identificado como amenaza para la vida o algo parecido.
La terapia de procesamiento cognitivo, los medicamentos y una técnica terapéutica llamada reprocesamiento y desensibilización a través del movimiento ocular (EMDR, por su sigla en inglés), son eficaces para tratar este trastorno.