Un hombre guardó muy bien su dinero sin saber que fue lo peor que pudo hacer.
Sabemos que hay personas que son sumamente cuidadosas con su dinero, pues no quieren que nadie les de baje.
Para nadie es un secreto que a pesar de toda la seguridad que existe detrás de todos los bancos, hay quienes todavía prefieren retirar toda su lana y guardarla en un lugar donde nadie se imagine que la tienen (como debajo del colchón). Sin embargo, esto no siempre es una buena idea y eso lo sabe un hombre que perdió todos sus ahorros porque sus billetes se pudrieron.
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En esta ocasión les contaremos el caso de una pobre alma que pecó de precavido y todo el dinero con el que pensaba vivir el resto de su vida simplemente quedó inservible.
De acuerdo con distintos medios, esto pasó en Malasia hace casi un año y nos enteramos de la situación gracias a la mejor amiga del protagonista. Resulta que a través de su cuenta de Facebook, una mujer llamada Lily Noorly Mohd Noor contó que su cuate decidió guardar todos sus ahorros en un solo lugar: una lata de aluminio. Ahí echó tanto billetes como monedas para que no hubiera pierde, pero lo que este hombre no sabía es que era lo peor que se le podía ocurrir, porque de plano ya no puede gastar su lana ni usarla para lo que sea.
Para que se den una idea de cómo estuvo la cosa, este tipo juntó todo el dinero en esa lata por mucho tiempo. Sin embargo, las monedas se oxidaron y precisamente eso fue lo que arruinó los billetes. “Si hay alguien que guarda dinero en latas llenas de monedas, lo mejor sería evitarlos… Qué más puedo decir.. Fuerza amigo”, declaró la mujer al respecto, quien dijo que su compa perdió más o menos unos 4 mil 320 pesitos mexicanos.
A pesar de que el hombre pensó que todo estaba perdido, vio una luz al final del túnel. Luego de que su historia se hiciera viral, varias personas comentaron que a pesar de que los billetes y monedas estaban en pésimo estado, aún tenía chance de ir a un banco y cambiarlo para que así tenga sus ahorros de vuelta.
No sabemos si logró recuperar su lana, pero nos dejó una gran moraleja: hay que checar muy bien nuestro dinero aunque lo guardemos en casa. No vaya a ser…
